13 nov 2025
El nuevo capítulo en la tensión entre la Nación y la provincia de Buenos Aires tuvo como protagonistas al ministro del Interior, Diego Santilli, y al gobernador Axel Kicillof. Luego de que el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, enviara una carta formal solicitando una reunión para reclamar fondos adeudados y reactivar obras paralizadas, Santilli respondió con ironía y dejó en claro que, por ahora, no habrá encuentro.
“¡Dale Carli, gracias! Tomo nota”, escribió Santilli en sus redes sociales, al citar la publicación de Bianco. La frase, acompañada de un tono sarcástico, fue la primera señal de que el funcionario nacional no planea atender de inmediato el pedido del Gobierno provincial. Horas más tarde, desde Entre Ríos, el exvicejefe de Gobierno porteño profundizó su posición y justificó públicamente su decisión.
“Voy a estar visitando a todos los que firmaron el Pacto de Mayo. Él (por Kicillof) no participó, no adhirió al RIGI, ni a la Ley de Reiterancia, ni a la Ley Antimafia”, sostuvo Santilli ante la prensa, y agregó una chicana directa: “¿Acaso le tiene que pedir permiso a Cristina Kirchner?”. Con ese comentario, el ministro del Interior dejó entrever que su negativa tiene también un trasfondo político vinculado a las diferencias ideológicas con el Gobernador bonaerense.
El pedido de audiencia, presentado por Bianco en nombre del Gobierno provincial, buscaba abordar las “deudas pendientes” que la administración nacional mantiene con la Provincia, además de la situación de “más de mil obras” que, según el funcionario, fueron abandonadas. “Estos asuntos resultan centrales para el desarrollo y el bienestar de los bonaerenses”, señaló Bianco en la carta dirigida a Santilli.
El funcionario bonaerense remarcó que la intención del encuentro era “mantener un intercambio directo” que permitiera analizar la situación de los recursos y conocer las perspectivas de resolución. En sus redes sociales, Bianco compartió la nota con un mensaje en el que reclamó que el Gobierno nacional “devuelva los fondos que les quitó a los bonaerenses” y retome los proyectos de infraestructura detenidos desde el cambio de gestión.
La respuesta de Santilli, sin embargo, no solo marcó distancia política, sino también una línea de relación institucional más rígida con los gobernadores que no adhirieron al plan de reformas del Gobierno nacional. “Hay que ser coherentes y no tener doble personalidad. No se puede decir una cosa en redes y otra después en los despachos”, enfatizó el ministro durante su recorrida por Entre Ríos junto al gobernador Rogelio Frigerio.
La postura del ministro del Interior se enmarca en la estrategia del Gobierno libertario de priorizar el diálogo con las provincias que firmaron el Pacto de Mayo, como muestra de alineamiento con la agenda económica y política del presidente Javier Milei. En esa lista figuran gobernadores aliados o moderados, mientras que Kicillof se mantiene como uno de los principales opositores al plan nacional.
Desde La Plata, en tanto, el entorno del Gobernador bonaerense consideró la respuesta de Santilli como “una falta de respeto institucional”. En el Gobierno provincial remarcan que los fondos en disputa “no pertenecen al Ejecutivo nacional sino a los bonaerenses” y advierten que insistirán en el reclamo por vías administrativas o judiciales si es necesario.
El cruce entre ambos funcionarios reaviva la tensión política entre Nación y Provincia, en un contexto de recortes, desacuerdos ideológicos y disputas por la obra pública. Mientras Santilli busca consolidar su figura dentro del gabinete libertario y alinearse con los mandatarios aliados, Kicillof refuerza su perfil opositor y denuncia un trato discriminatorio hacia Buenos Aires, el distrito más poblado y con mayores demandas sociales del país.
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