26 nov 2025
El intendente de San Isidro, Ramón Lanús, decidió avanzar en un interbloque con La Libertad Avanza en el Concejo Deliberante local, desoyendo la directiva nacional del PRO que Mauricio Macri había bajado pocas semanas atrás. La jugada reconfigura el tablero político del distrito y expone una fractura interna en el espacio amarillo.
La decisión tomó forma en las últimas horas, cuando Lanús dio la orden de formalizar el armado conjunto con los concejales libertarios. El acuerdo se produjo pese a que en la cumbre del PRO en Balcarce, a principios de noviembre, Macri había dejado en claro que el partido debía mantener bloques independientes de La Libertad Avanza tanto a nivel nacional como en los municipios.
El movimiento de Lanús no llega de sorpresa para quienes siguen la política local. Tras las elecciones del 7 de septiembre, cuando San Isidro quedó posicionado como uno de los distritos bonaerenses más favorables al voto libertario, el jefe comunal había iniciado conversaciones con el espacio de Javier Milei para sumar volumen propio en el Concejo.
A partir del 10 de diciembre, el nuevo interbloque contará con 12 ediles: cuatro del riñón del intendente, cuatro libertarios y cuatro vecinalistas. Para Lanús, la alianza significa asegurarse un músculo legislativo difícil de conseguir solo con el PRO, especialmente en un distrito con múltiples actores y tradiciones políticas fuertes.
Del otro lado, la oposición quedará conformada por los concejales de Unión por la Patria, Potencia y Acción Vecinal, este último alineado con el exintendente Gustavo Posse. La reorganización anticipa un Concejo Deliberante más competitivo y marcado por nuevas alianzas tácticas.
La maniobra de Lanús se contrapone a la decisión del PRO nacional. En la reunión del 12 de septiembre, Macri pidió preservar la “nitidez ideológica” y evitar fusiones con La Libertad Avanza, mientras que María Eugenia Vidal reforzó que el bloque amarillo debía mantener independencia y acompañar solo aquellas reformas que compartiera.
El PRO argumenta que el vínculo con Milei debe ser selectivo y sin subordinación, para evitar diluir la identidad del espacio en un oficialismo que sigue generando tensiones internas. Lanús, sin embargo, optó por una estrategia territorial más pragmática, guiada por la correlación de fuerzas de su distrito.
La decisión promete generar ruido dentro del PRO bonaerense y nacional. Mientras algunos dirigentes ven la jugada de Lanús como un gesto de autonomía local, otros la interpretan como un desafío directo a la conducción de Macri y un anticipo de nuevas fisuras en un partido que aún busca reordenarse tras meses de disputas internas.
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