Legislatura

Para que te traje…

Diputada aliada de Grabois propone un impuesto a los gases de las vacas que afectan al calentamiento global

El proyecto de la diputada Lucía Klug, que propone crear un gravamen sobre las emisiones de metano que produce la ganadería en el agro bonaerense, encendió la discusión con productores y opositores, definieron a la iniciativa como impracticable, sin sustento técnico y alertaron que podría encarecer los costos en todo el sector ganadero.

1 dic 2025

La presentación de un proyecto para crear un impuesto a los gases de las vacas encendió una fuerte polémica en la Legislatura bonaerense. La autora de la iniciativa es la diputada de Unión por la Patria y referente cercana a Juan Grabois, Lucía Klug, quien propuso establecer una “Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires” destinada a gravar las emisiones de metano generadas por el ganado. La medida, argumenta, busca reducir gases de efecto invernadero y avanzar en políticas de responsabilidad ambiental.

Según el proyecto, la tasa se calcularía a partir del stock de animales de cada establecimiento, tomando como referencia estimaciones de emisión por cabeza de ganado. Klug sostiene que la Provincia de Buenos Aires es responsable del 25% de las emisiones nacionales y que la ganadería es un sector clave en la discusión climática. Por eso, defendió la creación de un instrumento fiscal que obligue a los productores a asumir parte del impacto ambiental de su actividad.

Sin embargo, la propuesta provocó un rechazo inmediato por parte del campo. Desde CARBAP, su presidente Ignacio Kovarsky afirmó que la iniciativa “no reduce emisiones, reduce producción”, y cuestionó que se pretenda gravar al sector sin contar con herramientas técnicas verificables para medir el metano emitido. Aseguró que el impuesto solo agregaría más presión a un rubro ya castigado por los altos costos y la incertidumbre económica.

En la oposición, uno de los críticos más duros fue el diputado de la Coalición Cívica, Luciano Bugallo, quien ironizó calificando el proyecto como “el impuesto a los pedos de las vacas”. Señaló que resulta “absurdo” crear una tasa sin tecnología práctica ni métodos confiables de auditoría y advirtió que esto convertiría al ganado en un nuevo sujeto imponible “sin ningún sustento técnico ni ambiental serio”.

Bugallo también remarcó que, de avanzar, la tasa impactaría principalmente en pequeños y medianos productores, obligados a afrontar nuevos gastos administrativos y tributarios. En su visión, el costo terminaría trasladándose a la cadena comercial y afectaría al consumidor final, generando un encarecimiento en los productos cárnicos y lácteos.

El legislador recordó que el sector ya está incorporando tecnologías de mitigación de emisiones, como mejoras genéticas, manejo regenerativo, optimización de pasturas y biodigestores para capturar metano. “Hay que incentivar la innovación y no castigar al productor con más impuestos”, sostuvo, marcando una línea de debate que promete tensar aún más la discusión pública.

Desde el oficialismo, en cambio, defienden la iniciativa señalando que la provincia debe avanzar en instrumentos modernos que acompañen los compromisos internacionales en materia ambiental. Aseguran que la tasa permitiría financiar programas de reconversión productiva y fomentar la adopción de métodos más sostenibles dentro de la cadena ganadera bonaerense.

El proyecto de Klug aún no comenzó su debate formal en comisiones, pero ya se convirtió en uno de los temas más controvertidos del cierre del período legislativo. Con productores, entidades rurales y bloques opositores movilizados contra la idea, la discusión promete profundizar el enfrentamiento político entre el campo y el kirchnerismo, justo en momentos en que la presión impositiva vuelve a ocupar el centro de la agenda pública.

LAS MÁS LEÍDAS