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Guerra interna en el PJ

Todo roto: el peronismo bonaerense entra en crisis y Kicillof enfrenta la avanzada de La Cámpora

El resultado electoral desató una guerra interna en el oficialismo. Intendentes del Movimiento Derecho al Futuro piden que Axel Kicillof se plante frente al cristinismo, mientras La Cámpora endurece su postura y el Frente Renovador busca mantenerse al margen. La unidad del PJ bonaerense, en su punto más crítico.

29 oct 2025

El resultado electoral en la provincia de Buenos Aires dejó al descubierto una fractura profunda dentro del peronismo. La derrota frente a La Libertad Avanza no solo golpeó la estructura política del oficialismo, sino que también reavivó viejas tensiones entre el gobernador Axel Kicillof, La Cámpora y los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF). Con las elecciones internas del Partido Justicialista (PJ) bonaerense previstas para fines de año, el escenario se volvió un campo minado.

Desde los municipios más poblados del Conurbano, los jefes comunales reclaman que Kicillof se plante frente al cristinismo y asuma un liderazgo claro dentro del peronismo provincial. “Axel se tiene que plantar porque se lo van a llevar puesto y los intendentes tienen que ser su columna vertebral”, resumió un referente del MDF, reflejando el hartazgo de los alcaldes ante el avance de La Cámpora en el armado partidario.

En paralelo, el cristinismo ya comenzó a mover sus piezas. Desde el entorno de Máximo Kirchner y Teresa García ratifican que el desdoblamiento electoral fue un error estratégico de Kicillof y que la derrota provincial es consecuencia directa de esa decisión. Con un discurso centrado en la “unidad bajo conducción política”, La Cámpora busca retener el control del PJ bonaerense y frenar cualquier intento de independencia del Gobernador.

El núcleo kicillofista, en tanto, atraviesa una etapa de definiciones. Algunos sectores cercanos al mandatario exigen una respuesta política contundente frente a los embates del cristinismo y la necesidad de reordenar la gestión con sello propio. Sin embargo, otros dirigentes admiten que el Gobernador aún no definió si dará la pelea abierta por el partido, aunque reconocen que “no puede seguir esquivando la discusión”.

El Frente Renovador de Sergio Massa, fiel a su estilo, intenta mantenerse al margen de la interna más dura, pero sin perder influencia en el tablero. Desde el massismo aseguran que la prioridad es sostener la unidad parlamentaria frente al avance libertario, aunque en privado reconocen que deberán defender los cargos provinciales que hoy ocupan ante las presiones del kicillofismo y de los intendentes.

En ese marco, las figuras del conurbano como Mario Secco, Fabián Cagliardi y Gastón Granados comenzaron a articular un bloque de poder territorial que pretende disputar espacios en la conducción del PJ. Su diagnóstico es claro: el peronismo perdió conexión con la sociedad y necesita reconstruir identidad, propuestas y liderazgo, algo que, según ellos, Kicillof puede encarnar si rompe definitivamente con La Cámpora.

El factor Fernando Gray y los filo peronismos también vuelven a la escena. El intendente de Esteban Echeverría, que rompió con el armado oficialista en las últimas elecciones, fue determinante para la derrota de Fuerza Patria. Su figura emerge como la de un posible candidato interno que exprese el malestar de los sectores desplazados y los intendentes no alineados con el cristinismo, reeditando viejas heridas dentro del PJ.

Con este panorama, las elecciones partidarias de diciembre se perfilan como una verdadera pulseada por el control del peronismo bonaerense. Kicillof evalúa si encabezar o no una lista propia, mientras que La Cámpora busca retener la estructura con Máximo Kirchner al frente. En el medio, los intendentes presionan para que haya renovación y federalización dentro del partido, evitando que la conducción quede concentrada en un solo sector.

El futuro del peronismo bonaerense se definirá en las próximas semanas. Entre los reproches cruzados, la falta de autocrítica y el desconcierto post electoral, el desafío será reconstruir una identidad política común antes de que la división termine de licuar el poder territorial del PJ más grande del país. Las urnas de diciembre no solo elegirán autoridades: también pondrán a prueba si el peronismo todavía puede reinventarse.

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