19 nov 2025
La puja por el endeudamiento bonaerense abrió un nuevo capítulo en la negociación política. En ese marco, surgieron tres posibles nombres que podrían ocupar lugares clave en el directorio del Banco Provincia. Se trata del diputado del PRO Adrián Urreli, del ex legislador Fernando Rozas y del senador Marcelo Daletto, quienes aparecen en los borradores que circulan mientras Axel Kicillof intenta asegurar los votos para aprobar su paquete fiscal y financiero antes del recambio legislativo.
El movimiento detrás de estos nombres responde a una dinámica histórica: los sillones del BAPRO funcionan como moneda de cambio para ordenar apoyos en un escenario legislativo fragmentado. Este año, la renovación de mandatos y la situación irregular de directores con prórroga aceleraron las conversaciones, en medio de tensiones dentro del peronismo y entre los distintos bloques opositores.
En el oficialismo, las vacantes dejaron espacios difíciles de cubrir. La vicepresidencia permanece libre desde el fallecimiento del matancero Daniel Barrera, mientras que el massismo perderá a Sebastián Galmarini cuando asuma como diputado. A eso se suma el reclamo interno de sectores como La Cámpora, que busca ampliar su representación en el directorio, y los intendentes peronistas, que exigen mantener lugares históricos.
Del lado opositor, Urreli aparece como la ficha más firme. El PRO necesita preservar su cuota en el banco y el diputado es un dirigente de peso dentro del esquema de Néstor Grindetti. Sin embargo, persisten dudas sobre si su designación alcanzaría para garantizar el apoyo de todo el bloque amarillo al endeudamiento, especialmente el sector alineado con Diego Santilli. Por eso, no se descarta que el PRO proponga alternativas como Matías Ranzini o Christian Gribaudo.
La presencia de Daletto serviría para equilibrar el acuerdo con el espacio Encuentro Federal-UCR, un bloque con representación en ambas cámaras que se volvió determinante para cualquier votación de mayoría calificada. Su incorporación, interpretan cerca del Ejecutivo, podría dar estabilidad en un momento en que la oposición radical presenta múltiples líneas internas y apetencias propias.
El tercer nombre en danza, Fernando Rozas, representa un caso particular: lidera el espacio identificado como “libertarios blue”, un sector que supo ser aliado de Javier Milei pero que terminó convirtiéndose en socio eventual del peronismo en votaciones sensibles. Su llegada al directorio se leería como un gesto del Gobierno hacia un bloque pequeño pero estratégico en la Cámara Baja.
Mientras tanto, otros actores asoman para disputar lugares. El radicalismo cercano a Maximiliano Abad y el sector de Miguel Fernández también buscan su silla en el reparto, lo que promete aumentar la presión sobre Kicillof en los días previos al cierre del año legislativo. En paralelo, el massismo reclama dos sillas en lugar de una, un planteo que amenaza con tensar aún más la negociación.
Con el reloj en contra y solo dos semanas antes del recambio del 10 de diciembre, el Gobernador necesita cerrar el paquete de designaciones para avanzar con el Presupuesto, la ley impositiva y el endeudamiento. Todo indica que la pelea por el Banco Provincia será una de las piezas decisivas en la ingeniería política que definirá el cierre del año en la Legislatura bonaerense.
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