17 nov 2025
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) volvieron a encender las alarmas por el deterioro extremo de los caminos rurales en el Interior bonaerense, un problema histórico que las últimas inundaciones transformaron en una crisis estructural. La entidad aseguró que la situación se volvió “insostenible” y exigió al gobierno de Axel Kicillof la puesta en marcha de medidas urgentes para garantizar la circulación, la producción y la vida cotidiana de miles de familias en zonas afectadas.
El reciente temporal, con lluvias que superaron los 200 milímetros en varias localidades, profundizó un escenario que ya acumulaba meses de anegamientos. En Bolívar, la Sociedad Rural informó que “ya no se puede pasar ni siquiera en tractor”, mientras que productores describen caminos totalmente hundidos, banquinas cubiertas de agua y estancias a las que sólo se accede con cuatriciclos o a caballo.
En General Guido, la situación es aún más dramática: los caminos rurales llevan nueve meses intransitables, algunos directamente bajo agua. El impacto alcanza a la ganadería, a la educación rural, a la salud y a la logística diaria. La falta de accesibilidad dejó aisladas a decenas de familias que dependen del campo para trabajar, estudiar y abastecerse. “Estamos sacando el agua con balde, a mano, para poder empezar a secar el barro”, relató un productor, que rompió dos camionetas 4×4 antes de resignarse al cuatriciclo.
La educación también quedó atrapada en el barro. La Escuela Rural Nº 11, única en su zona, prácticamente no tuvo clases en el año por falta de acceso. En Labardén, sin pavimento, los 3 kilómetros de tierra que conectan con Maipú se cortan cada vez que llueve. Vecinos aseguraron que en varias ocasiones solo pudieron moverse a caballo. “Es un año perdido, no pude entrar con ninguna máquina”, lamentó Aníbal Parisi, productor y docente rural.
Ante este panorama, CARBAP reclamó al gobierno bonaerense un plan de urgencia que contemple mantenimiento, obras hidráulicas y una estrategia integral para la red vial rural. Según la entidad, tras las últimas precipitaciones, cerca de 5 millones de hectáreas quedaron bajo agua, de las cuales 900.000 están totalmente inundadas. “Antes el problema grande era hasta Las Flores, pero hoy hacia el mar también está todo complicado”, advirtieron.
El ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, reconoció la gravedad de la situación y afirmó que en la Provincia “ya hay un millón de hectáreas anegadas”. Sin embargo, apuntó al Gobierno nacional por la paralización de la obra del Río Salado y la falta de avances en el dragado, al asegurar que esas infraestructuras son claves para aliviar el exceso hídrico que afecta a buena parte del territorio bonaerense y pampeano.
Mientras el agua avanza y los caminos se deshacen, las consecuencias productivas también se agravan: la superficie destinada a la ganadería se redujo y las tareas de siembra de soja y maíz están virtualmente frenadas en varias zonas del centro y oeste provincial. Para CARBAP, la situación requiere acciones inmediatas y un plan sostenido, antes de que el Interior bonaerense siga “pagando las consecuencias del abandono”.
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