Un barrio está jaqueado por la inseguridad y son constantes los robos en los comercios

La mala situación económica en la que está inmersa el país no es lo único que obliga a los comerciantes a bajar las persianas de manera definitiva. En la provincia de Buenos Aires la inseguridad también acabó con el sueño de muchos. Estas víctimas se quedaron sin trabajo y en muchos casos con deudas difíciles de afrontar y saldar.

En La Matanza los robos, en todas las modalidades, son moneda corriente, pero hay una zona conocida como "centro comercial de León Gallo", en San Justo, que está en llamas. Varios locales fueron atacados y desvalijados cuando estaban cerrados, los propietarios tienen miedo y afirman que los responsables son de la zona, conocen sus nombres, sus caras y sus domicilios. Sólo la policía parece ignorar estos datos y así demuestra su poca capacidad para hacer tareas de investigación.

Leila inauguró "Pretty Nails", un centro de estética, hace poco más de un año, en noviembre de 2022, y la madrugada del lunes fue víctima de dos sujetos que violentaron el acceso al local ubicado en Cnel Moldes al 4500, a metros de la intersección con la calle Pedro León Gallo.

"Se llevaron un Smart TV, 2 cabinas y 2 tornos, también un poco de efectivo que había quedado en la caja", le comentó Leila a CRONOS. "Lo más costoso fue reponer los tornos y las cabinas, además del arreglo de la cortina y reponer los dos vidrios que rompieron", aseguró la mujer.

El costo, estimado hasta el momento, que deberá afrontar la propietaria de "Pretty Nails", supera los 500 mil pesos.

"Todos sabemos quienes son los que roban, a pesar que se cubran la cara con capuchas o barbijos, dan vuelta por la zona todo el día, solo la policía parece que no los conoce", afirmó con ironía un hombre que habita una vivienda de la zona.

"Tengo entendido que el local al que entraron fue por carambola, primero quisieron entrar en el local de Liz, "Romano Store", un comercio de ropa para mujer que está pegado al que robaron", comentó un vecino que prefirió reservar la identidad. "No es casual que se metan en estos negocios, siempre tienen clientes y van a buscar la plata o mercadería", agregó.

Los propietarios de los locales eligieron no hacer declaraciones por temor a las represalias. "En uno de la calle Gallo, donde reparan celulares, les llevaron 40 aparatos el mes pasado. No hay persianas ni alarmas que paren a los 'chorros' y, como la policía no trabaja, esta zona esta liberada", denunciaron.