martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº2763
Cronos Noticias » En Foco » 3 may 2021 15:32

Bitácoras bonaerenses

Por qué Kicillof no apretó el botón rojo para un cierre estricto por 15 días

Por ahora no hubo una restricción estricta por 15 días. El escenario sigue siendo incierto, más allá de que la curva de contagios bajó un poco.


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El clima estaba creado, la sensación se hacía cada vez más fuerte, el cansancio también quería hacer lo suyo. Pero no llegó, el botón rojo no se apretó y Axel Kicillof no lanzó nuevas restricciones más duras y severas, que parecían llegar de forma inminente. Si bien el gobernador bonaerense anunció un paquete de medidas sociales y productivas  por 70 mil millones de pesos, la clase política, los periodistas y la ciudadanía coincidieron que hubo un no anuncio respecto a las restricciones. La Fase 1 que no llegó.

El análisis no es menor, durante la semana pasada toda la plana mayor del ministerio de Salud bonaerense se cansó de pedir y advertir que había tomar restricciones más severas ante el “tsunami de casos”. Desde el titular de esa cartera, Daniel Gollan; el subsecretario de Atención y Cuidados Integrales de la Salud, Nicolás Kreplak; la subsecretaria de Gestión de la Información, Leticia Ceriani y el jefe de asesores, Enio García, pidieron por un cierre drástico por 15 días, que incluso incluyó la suspensión del fútbol y una alerta de que al ritmo de la cantidad de casos diarios no se podía llegar así al invierno. Por su vereda, Sergio Berni, el autónomo ministro de Seguridad, salió a pedir sin filtro una “cuarentena absoluta”. Todas, medidas necesarias, según los funcionarios bonaerenses, para bajar la curva se casos y no llegar al colapso del sistema sanitaria, que dicho sea de paso, tuvo sus días más complicados desde el inicio de la pandemia. El clima previo.

Kicillof

Hay varios factores que pueden haber incidido en Kicillof en no usar aún el botón rojo. Se sabe, la posición de Provincia es la más dura dentro del tridente que, con rispideces, aún funciona con Nación y Provincia. El viernes, el gobernador en conferencia de prensa se mostró menos confrontativo con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta que su discurso del 15 de abril. Hubo menos voltaje en sus declaraciones. Algunos sostienen que fue gracias al restablecimiento de la mesa de diálogo que plasmaron los jefes de Gabinete Santiago Cafiero (Nación), Carlos Bianco (Provincia) y Felipe Miguel (Ciudad). También hay otro dato a no dejar pasar: el humor social. El agotamiento entendible de la gente a una pandemia impredecible y los efectos sobre la economía doméstica que una nueva cuarentena estricta podrían generar. A esto, se suma que cada vez la ciudadanía se muestra más descontenta a las tensiones que genera la grieta, con su correlato en un descontento creciente hacia la clase política en general.  Y el riesgo de una desobediencia ciudadana a las restricciones, ante la necesidad económica. El malestar en la sociedad.

Desde el fin de semana, Kicillof y sus ministros informaron que los casos en la Provincia bajaron un 18 por ciento respecto a la anterior. Sin embargo, el gobierno y los expertos saben que aún no alcanza y que se está aún cerca del límite. Pero hay otro factor que incidió. En los anuncios del 14 de abril, Alberto Fernández, tras acordar con Kicillof, decretó la suspensión de las clases presenciales, sin consultar a Larreta, que derivó en el conflicto político-judicial que aún está sin resolverse. Desde la Gobernación bonaerense reconocen por lo bajo que la no suspensión de las clases presenciales “hubiera sido un triunfo de Larreta” y había que evitar ese escenario. Es por eso que el margen para un nuevas restricciones como querían Kicillof y sus ministros no se plasmó esta vez. Había que componer y mostrar equilibrio. El control de daños.

El 21 de mayo vence esta nueva etapa. Por ahora la cuarentena estricta y su botón rojo esperan en boxes. Sigue siendo una opción. Mientras tanto, el anuncio del Gobernador del paquete de medidas sociales y productivas se perfila también como un colchón económico ante un escenario probable de cuarentena estricta, si es que la curva vuelve a dispararse. No será suficiente, sin dudas, pero servirá para sostener a algunos sectores económicos que sentirán el impacto ante más restricciones. El ritmo que se le dé al plan de vacunación es una factor de suma importancia No hay que olvidar que el “tsunami de casos” aún no pasó y muchos expertos ya hablan de una tercera ola cuando lleguen los días más fríos del invierno. El 16 de octubre del 2020, Daniel Gollan pronosticó: “Argentina no va a tener un segundo invierno con coronavirus”. Una afirmación que solo quedará en el anecdotario de la clase política en pandemia.

Por Juan Alfaro (ALFA)

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