Legislatura

Luz, cámara y acción

Después del escándalo, uno de los Passaglia asumió en la Legislatura: buscó un proyecto para reducir el directorio del BAPRO

En su primera intervención como diputado bonaerense y tras el escándalo de su hermano, Manuel Passaglia presentó un proyecto para reducir el directorio del Banco Provincia y cuestionó los acuerdos que habilitaron el endeudamiento. Su ofensiva reaviva la interna entre oficialismo y oposición en el debut del espacio Hechos por la disputa para garantizar poder y cargos.

11 dic 2025

La irrupción de Manuel Passaglia en la Legislatura bonaerense no pasó desapercibida, aunque no precisamente por su capacidad de articulación ni por una agenda legislativa sólida. En su debut como diputado, el exintendente de San Nicolás lanzó un proyecto para reducir el directorio del Banco Provincia, en una maniobra que muchos interpretan como un intento desesperado por recuperar protagonismo tras quedar al margen de las negociaciones políticas que definieron los nuevos cargos.

El planteo de “austeridad” que Passaglia esgrime como bandera choca de frente con la conducta reciente de su propio espacio político. HECHOS, la fuerza que lidera junto a su hermano Santiago, quedó completamente afuera del reparto de lugares en el BAPRO precisamente por su incapacidad para construir acuerdos y por su estrategia de confrontación constante. La supuesta defensa del gasto público parece, en este contexto, más un slogan que una convicción.

El enojo de los Passaglia escaló cuando Santiago, actual intendente de San Nicolás, intentó irrumpir en el recinto para recuperar una banca legislativa que dejó en 2023, sin cumplir con los requisitos legales para hacerlo. La escena, que incluyó gritos, discusiones y un fallido intento de presionar a las autoridades de la Cámara, expuso un nivel de improvisación que dejó al clan político en ridículo frente a toda la Legislatura.

Lo que pretendió ser un gesto “institucional” terminó pareciendo un show desesperado para obtener un lugar en el directorio ampliado del BAPRO, que el Gobierno bonaerense negoció con distintos sectores opositores para avanzar con el endeudamiento. Mientras otros espacios jugaron con estrategia, HECHOS quedó mirando desde afuera y recurriendo a escándalos para intentar meterse por la ventana.

Manuel Passaglia, en su flamante rol legislativo, aprovechó el bochorno protagonizado por su hermano para recubrirlo de un discurso moralista contra los “privilegios de los políticos”. Sin embargo, su salida pública cargada de indignación parece más un intento de lavar la imagen dañada del clan que una propuesta real para mejorar la eficiencia del Banco Provincia.

La titular del bloque peronista en San Nicolás, Cecilia Comerio, fue una de las primeras en marcar las inconsistencias del intendente. Señaló que Passaglia presentó un pedido de licencia “trucho”, con fechas incoherentes y sin comunicación previa al Concejo Deliberante. La actitud fue calificada como un “papelón” institucional y dejó en evidencia la falta de transparencia de una gestión acostumbrada a manejarse con discrecionalidad.

El escándalo también reveló la incomodidad de los Passaglia ante la pérdida de influencia provincial. Durante años supieron aprovechar su peso territorial para negociar cargos, fondos y beneficios. Pero el escenario cambió: sin alianza formal con el PRO ni respaldo de los libertarios, el espacio HECHOS quedó aislado, sin capacidad de presión y recurrriendo al ruido mediático como única herramienta de supervivencia política.

A eso se suma que Manuel Passaglia llega a la Legislatura con la pesada mochila de gestiones municipales cuestionadas por falta de transparencia y el uso excesivo del aparato local para sostener su estructura familiar. El mensaje de “austeridad” que ahora enarbola contrasta con años de manejo discrecional del presupuesto nicoleño, donde abundaron cargos políticos y contrataciones a medida.

Su proyecto para reducir el directorio del BAPRO, más allá de su viabilidad, aparece así como un movimiento reactivo, pensado más para obstaculizar al oficialismo y a los sectores opositores que lograron acuerdos, que para iniciar un verdadero proceso de reforma del banco. La iniciativa podría ser válida si no estuviera contaminada por su evidente uso político.

En definitiva, la semana dejó a los Passaglia expuestos como una fuerza que perdió influencia, que apela al escándalo para recuperar visibilidad y que intenta disimular sus tropiezos detrás de discursos anticasta. Mientras tanto, en la Legislatura bonaerense y en San Nicolás crece la percepción de que su poder territorial ya no pesa como antes y que, lejos de marcar agenda, hoy se encuentran a la defensiva.

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