10 dic 2025
La aprobación del endeudamiento bonaerense para 2026 abrió una ventana de expectativa entre los intendentes peronistas, que esperan la llegada de fondos frescos para cerrar el año, pero hasta el momento la incertidumbre domina el panorama. En medio del enfrentamiento entre Axel Kicillof y Javier Milei por la autorización de nuevos créditos, los jefes comunales advierten que, pese a la ley aprobada, “la plata no aparece” y las urgencias de gestión se acumulan.
Según trascendió en conversaciones reservadas entre intendentes de Fuerza Patria, tanto del Conurbano como del Interior, todavía no existe ninguna señal concreta sobre cuándo comenzarán los desembolsos del financiamiento autorizado. Incluso algunos alcaldes consultaron oficialmente al Ejecutivo bonaerense y no recibieron respuestas que despejaran dudas.
La principal preocupación está puesta en el cierre administrativo del año: pago de sueldos, aguinaldos y obligaciones básicas. Por ello, intendentes oficialistas evalúan solicitar una reunión urgente con el ministro de Economía, Pablo López, para conocer el estado real de los recursos y el cronograma de distribución del Fondo de Emergencia y Fortalecimiento de la Inversión Municipal creado dentro del paquete de endeudamiento.
Ese fondo prevé asistencia para los municipios ante atrasos de tesorería y financiamiento de obras y programas sociales, con un piso garantizado de 250 mil millones de pesos si el 8% del financiamiento no alcanza. El esquema de distribución será 70% por CUD y 30% para iniciativas provinciales con impacto local, pero el problema no es el reparto: es la fecha en que el dinero llegará efectivamente.
Mientras tanto, Kicillof volvió a apuntar contra Milei y Luis Caputo por frenar autorizaciones para cubrir vencimientos de deuda bonaerense. “Son endeudadores seriales”, cuestionó el Gobernador, asegurando que el financiamiento solicitado está estrictamente asociado a pagos ya comprometidos para 2026 y remanentes del año en curso. La tensión política entre Nación y Provincia no ayuda al clima de inquietud en los municipios.
En paralelo al debate por los fondos, otra disputa se encendió dentro del peronismo: la pelea por los cargos en los puertos bonaerenses, un territorio históricamente codiciado por su peso económico y político. El inminente nombramiento de Mónica Litza en el Puerto de Dock Sud generó ruido interno, especialmente en el Frente Renovador, del que la dirigenta habría tomado distancia para alinearse con el sector de Ferraresi y el kicillofismo.
La reconfiguración de espacios no se limita al Conurbano. En el Puerto Quequén, que actualmente preside Jimena López, referenta massista recientemente asumida como diputada nacional, ya circulan nombres para reemplazarla. Entre los aspirantes mencionados figuran Patricio “Pato” Hogan, Julián Kristiansen y la funcionaria provincial Andrea Cáceres, lo que anticipa otra pulseada abierta.
Mar del Plata tampoco queda afuera de la tensión. Allí, la silla del Consorcio Portuario Regional enfrenta una disputa entre sectores del kicillofismo y el massismo. El ex intendente Gustavo Pulti suena fuerte para desembarcar como presidente, mientras el Frente Renovador impulsa a Juan Manuel Cheppi para quedarse con ese cargo clave.
La discusión se extiende también al Puerto La Plata y al Astillero Río Santiago, donde se esperan movimientos inminentes promovidos por el intendente Mario Secco tras la salida de José Lojo y la renuncia de Pedro Wasiejko. En este contexto, la interna peronista se recalienta a fin de año y al ritmo de un mapa portuario que cambia y un escenario financiero que sigue sin despejarse, dejando a los intendentes entre la incertidumbre económica y la puja política que atraviesa al oficialismo.
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