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Posible acuerdo

Kicillof y Máximo Kirchner negocian en silencio: quién se queda con el PJ bonaerense

El Gobernador y el líder camporista exploran un acuerdo para evitar una ruptura total en el peronismo bonaerense. Suenan Otermín y Achával como posibles reemplazos y La Cámpora ya pone condiciones.

8 dic 2025

El gobernador Axel Kicillof y el diputado nacional Máximo Kirchner reactivaron conversaciones reservadas para intentar contener la crisis interna que atraviesa el peronismo bonaerense y evitar una fractura que podría profundizar el reacomodamiento del mapa político opositor. Ambos sectores buscan un esquema de convivencia que preserve espacios de poder y encauce la sucesión en el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires.

Las charlas, que se desarrollan a través de emisarios y encuentros discretos, apuntan a explorar una conducción consensuada del PJ que permita ordenar la transición tras el desgaste acumulado desde la derrota electoral. El diálogo se reanudó luego de semanas de tensiones entre el kicillofismo y La Cámpora, que venían intercambiando reproches públicos y señales de distanciamiento.

Según fuentes del oficialismo provincial, la idea de un acuerdo surgió ante el temor de que una ruptura termine debilitando a todo el peronismo bonaerense, justo en un momento en el que Milei busca avanzar sobre los territorios y estructuras históricas del PJ. Para ambos espacios, mantener una mínima lógica de unidad se volvió una cuestión de supervivencia política.

En ese marco, comenzaron a circular nombres para encabezar un posible recambio. Entre los mencionados aparecen el expresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, el actual intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, y el intendente de Pilar, Federico Achával, dos dirigentes que funcionan como puentes entre Kicillof y Máximo y que no generan rechazo interno en ninguno de los dos grupos.

Sin embargo, La Cámpora ya marcó límites. El sector de Máximo Kirchner exige conservar cargos clave dentro del gabinete provincial y mantener control territorial en municipios estratégicos donde la agrupación tiene peso propio. También reclaman que la renovación partidaria no derive en una “purga encubierta” del kirchnerismo más orgánico.

Desde el entorno del Gobernador responden que el objetivo no es desplazar a nadie sino ordenar una conducción más amplia que refleje la diversidad del peronismo bonaerense. Aseguran que Kicillof está dispuesto a ceder espacios, pero advierten que "no puede haber vetos permanentes" que frenen la reorganización del partido.

Mientras tanto, algunos intendentes del PJ siguen con preocupación el avance de las negociaciones. Temen que un pacto cerrado entre Kicillof y Máximo deje afuera a los jefes comunales y reduzca su incidencia en el próximo armado electoral. Varios de ellos reclaman una mesa más plural que incluya a todos los sectores territoriales.

A pesar de las desconfianzas, en ambos campamentos admiten que un acuerdo es la única salida posible para evitar que el PJ bonaerense ingrese en un ciclo de disputas abiertas que termine paralizando al principal partido opositor. La incógnita es cuánto están dispuestos a resignar Kicillof y Máximo para concretar una síntesis.

Por ahora, las conversaciones continúan fuera del foco público y sin definiciones formales, pero las próximas semanas serán clave: la renovación del PJ bonaerense ya está en marcha y cualquiera de los dos movimientos, un pacto o una ruptura, reconfigurará el equilibrio de fuerzas en el peronismo de la provincia más grande del país.

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