6 nov 2025
En medio de la emergencia hídrica que afecta al centro y oeste bonaerense, el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Gabriel Katopodis, cuestionó duramente al Gobierno nacional y señaló que la obra del Río Salado permanece frenada desde diciembre de 2023. A través de un comunicado oficial y un hilo en la red X, el funcionario explicó que la paralización del tramo 4 del Plan Maestro Integral de la Cuenca del Río Salado bloqueó el financiamiento internacional para la etapa siguiente y agravó el impacto de las inundaciones en la región.
El Plan Maestro del Río Salado es una política de Estado iniciada en 1997 que busca prevenir anegamientos, mejorar el escurrimiento del agua y potenciar la producción agroindustrial en el corazón bonaerense. Según precisó Katopodis, el proyecto abarca 531 kilómetros de obras hídricas, de los cuales 402 ya fueron finalizados. Sin embargo, 33 kilómetros correspondientes al tramo 4 permanecen paralizados por decisión de la Nación, y otros 95 kilómetros, que integran el tramo 5, están pendientes de ejecución por parte de la Provincia.
Desde la administración bonaerense aseguraron que la interrupción nacional afectó una fase clave del plan: la etapa 2 del tramo 4, que se encontraba avanzada y contaba con financiamiento del Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica. Ese mismo fondo, según denunció el ministro, mantiene recursos inmovilizados que podrían haberse destinado a la continuidad de los trabajos. “De haberse sostenido el ritmo previo, la obra habría estado finalizada en 2024”, indicaron desde el área de Infraestructura provincial.
El contraste con la postura del Gobierno de Javier Milei se profundizó luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, atribuyera las inundaciones a una supuesta falta de mantenimiento provincial. En respuesta, Katopodis remarcó que el problema estructural radica en la paralización dispuesta por la Nación, que detuvo más de 2.300 obras públicas en todo el país, entre ellas una de las más importantes para el desarrollo productivo bonaerense.
Fuentes provinciales destacaron que el freno del tramo 4 no solo impide avanzar en las tareas de dragado y encauzamiento, sino que también traba la aprobación de créditos internacionales para el tramo 5, a cargo de la Provincia. Esto genera un efecto en cadena que compromete la planificación integral de la cuenca y pone en riesgo los avances logrados en etapas anteriores.
El Gobierno bonaerense subrayó que las etapas concluidas del plan ya demostraron su eficacia, reduciendo inundaciones en municipios de los tramos 1, 2 y 3. No obstante, la falta de continuidad amenaza con revertir los progresos alcanzados y deja expuestas a miles de hectáreas productivas del Interior. “La inversión en infraestructura es la base del desarrollo y de la calidad de vida de los ciudadanos”, sostuvo Katopodis, insistiendo en la necesidad de retomar las obras.
Con este nuevo contrapunto, la gestión de Axel Kicillof busca marcar distancia del discurso oficial de la Casa Rosada y reinstalar el debate sobre el rol del Estado en la obra pública. Mientras la Nación insiste en un enfoque de austeridad, la Provincia advierte que el costo de la parálisis se mide hoy en caminos intransitables, campos anegados y oportunidades productivas perdidas. El Río Salado, símbolo histórico de los desafíos hídricos bonaerenses, vuelve así al centro del escenario político y económico nacional.
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