Imperdonable: pide colaboraciones con un niño y cuando puede roba en la Ciudad

Los vecinos de Villa Luro están indignados con el accionar de un sujeto que utiliza a un niño como pantalla para realizar inexplicables hurtos.

En la tarde del jueves, alrededor de las 18, una cámara de vigilancia ubicada sobre la calle Ramón L. Falcón grabó una parte de su accionar.

El hombre recorre los diferentes comercios en compañía de un nene de 6 o 7 años, al que hace ingresar a los locales a pedir alimentos y limosnas.

Mientras el niño realiza esta actividad, el individuo se enfoca en encontrar la posibilidad de sustraer algún elemento. En el video que acompaña esta nota se lo observa cuando se llevó los espejos de una moto estacionada en la vereda de la transitada arteria.

Mechera violenta

En las últimas horas, cansados de una "mechera", los propietarios de "Tiendas de Dulces Almi" difundieron las imágenes en la que se observa su accionar delictivo.

Los hechos ocurrieron en los comercios ubicados sobre la Avenida Avellaneda, en la localidad de Virreyes, y el primero ocurrió el día de la primavera antes de las 21. La joven simuló ser una clienta y a la empleada que la atendió le preguntó por algunos precios y luego le solicitó cigarrillos.

En ese momento, creada la distracción, intentó robar un peluche que estaba junto a la caramelera. La actitud de la joven fue percibida por otra vendedora que intervino y no le quitó la vista de encima para obligarla a desistir y que se vaya sin robar.

A continuación la experimentada muchacha le dijo a la compañera que se trató de un intento de robo y que para evitar estas situaciones no le debe dar las espaldas a los clientes y a la calle.

La misma joven, fanática de las golosinas, regresó al local en la mañana de este viernes. Allí intentó arrebatar una importante caja de caramelos pero la encargada se lo impidió. Antes de abandonar el kiosco y tras un breve forcejeo, la violenta logró robar un alfajor. Pero con esto no se conformó.

Alrededor de las 15, con vestimenta diferente, se presentó en otra sucursal y desplegó toda la táctica para distraer a la empleada quien, tras algunos instantes, le dio la espalda y no observó cuando la mechera se guardó las tabletas de costosos chocolates.