Ladrones canguros y la responsabilidad de los intendentes del Conurbano en materia de seguridad

En la misma noche las cámaras de videovigilancia de particulares registraron a dos rateros que utilizaron la misma modalidad para robar bicicletas en los partidos de Merlo y Morón.

Los ataques ocurrieron en la madrugada del miércoles 29 de mayo, cuando los malandras se movieron con impunidad en calles sin ilumicación o sin presencia policial.

Morón sur

Un joven y ágil ladrón robó una vivienda fortificada por altas rejas, ubicada sobre la calle Oruro. El sujeto deambulaba por la zona y detectó que los moradores dejaron una bicicleta a mano y sin encadenar.

Tras fallar en el primer intento por irrumpir en la propiedad, el ladrón encontró una brecha en el portón que carecía de las puntiagudas y filosas flores que coronaban el enrejado.

Permaneció alrededor de un minuto, recorrió los fondos y sustrajo el rodado que arrojó de manera ruidosa por encima del vallado metálico.

La identidad del ratero, a pesar que su rostro es visualizado con claridad, y el destino de la bicicleta, son desconocidos.

Mariano Acosta

Es habitual que los intendentes del Conurbano se laven las manos y tiren la pelota afuera cuando se trata de inseguridad. Todos, sin importar la bandera política que representan, responsabilizan al gobierno provincial, aunque algunos, por afinidad con el gobernador, lo dicen en voz muy baja.

Es así como los vecinos quedan en medio y son víctimas del conocido "Al Gran Bonete", juego en el que los jefes municipales, elegidos para conducir y representar a los habitantes de sus partidos, se escudan en el "yo señor, no señor".

Gustavo Menéndez es un ejemplo, su municipio es uno de los más pobres e inseguros del Conurbano, donde los delincuentes se mueven con impunidad y la presencia policial es escasa, si se la describe con generosidad.

En el video que acompaña esta nota poco se puede ver del accionar de dos sujetos que ingresaron a una vivienda de la calle Arregui, pero la calidad de la imagen no tiene que ver con la cámara de vigilancia.

La finca está situada en una calle, o lodazal, que no cuenta con luminarias públicas y la poca luz que deja adivinar el robo de bicicletas, entre otras pertenencias de la familia, la aportan las viviendas vecinas.

En esta situación, en la que el municipio de Merlo no cumple con un servicio básico por el que cobra impuestos, es inapelable su responsabilidad.