31 oct 2023
Cristian, el último jueves, se sumó a la lamentable y larga estadística de quienes sufrieron la imparable inseguridad de la provincia de Buenos y La Matanza. El reloj marcaba las 19:45 cuando llegó a su vivienda ubicada a pocas cuadras de la Plaza Martín Fierro, sobre la calle Gral. Nazar, y mientras esperaba a que su esposa le abra la puerta del garaje, fue abordado por ocho violentos delincuentes que se movilizaban en cuatro motos.
El hombre los vio venir y le gritó a Mariana que retroceda, que no abra y se vaya con los tres hijos de ambos, no tuvo dudas que ya estaba "robado" y que solo podía rogar que no lo maten.
Los jóvenes ladrones lo rodearon y lo arrancaron de la moto, luego lo arrastraron y encañonaron, le pusieron dos armas de fuego en la cabeza y otra sobre el pecho.
¡Vayanse, vayanse! ¡Ayuda, ayuda! Gritó Mariana, desesperada, cuando perdió de vista al marido.
Los alaridos de la mujer hielan la sangre y en ese momento alertaron a los vecinos que dispararon la sirena de una alarma y luego se sumó otra.
La confusión y la perdida del control de la situación, echó por tierra la intención de los violentos de sustraer la moto. El que la había montado la tiró al pavimento y, cuando la levantó e intentó poner en marcha otra vez, ya no pudo. El rodado tiene un sistema de seguridad desarrollado para este tipo de situaciones: cuando pierde la vertical no se le puede dar arranque durante varios minutos.
Luego de varios segundos de salvajismo extremo, una eternidad para la pareja, los motochorros escaparon hacia La Tablada con la mochila, una notebook y documentación de Cristian.
"Ya no se puede seguir así, es una locura lo que estamos viviendo en Aldo Bonzi", aseguró el hombre que el jueves solo pensó en la esposa y los hijos que estaban dentro de la casa.
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