16 jul 2023
La cúpula dirigencial no se tomará descanso invernal. Es que las PASO serán en cinco semanas y una interrupción, aunque breve, sería dar mucha ventaja sobre el terreno electoral.
Los precandidatos saben que deben jugar una doble competencia: la interna, para ser candidatos, y la general para ver cómo quedan posicionados de cara a las elecciones de octubre.
Hoy por hoy, la agenda mediática está marcada por la pelea interna entre los amarillos del PRO dentro de Juntos por el Cambio. Esa pulseada es real, y cada día que pasa parece tornarse más violenta, con el foco puesto en lo personal más que en los proyectos de gobierno, de los que parecen tener más diferencias de estilo que de fondo.
Incluso, dentro de los equipos técnicos de JxC no pocos piensan que el nivel de conflictividad tan elevado podría complicar el armado posterior a la votación primaria del 13 de agosto. El control de daños será necesario para encarar la verdadera elección, que será en octubre y frente al peronismo kirchnerista de Unión por la Patria (UxP).
El enfrentamiento es integral, tanto a nivel nacional como bonaerense, seccional y local, y lógicamente a medida que pasan los días, las peleas verbales entre los aspirantes a la Rosada, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta comienzan a derramar hacia abajo.
Por ahora, entre los precandidatos a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, Néstor Grindetti y Diego Santilli, no hubo cruces picantes y el escenario parece más relajado. Cada uno se concentra en su agenda, que es similar, y no han entrado en ataques directos aunque ambos procuran diferenciarse de su adversario interno.
Mientras todo esto sucede, la realidad cotidiana parece haber quedado en un segundo plano, lo que le da una ventaja estratégica al oficialismo gobernante.
La oposición se estancó en sus luchas internas, y corre detrás de la agenda oficial y la contaminación visual y sonora como es habitual en toda época proselitista.
En paralelo, el electorado bonaerense observa la disputa coyuntural de unas PASO que, más allá de dirimir la "interna de la interna" de unos y otros en términos políticos, será una foto o una gran encuesta de opinión pública de cara a las elecciones generales de octubre, cuando sí se juegue el reparto de poder real ya sea en la Nación, la Provincia y los municipios.
En tanto en la PBA, el gobernador-candidato Axel Kicillof sentó a la dupla ministerial Pablo López (Economía) y Walter Correa (Trabajo) con sindicalistas estatales y docentes para ofrecer dos nuevos tramos de suba salarial entre julio y septiembre. Algo así como un nuevo plan “platita en el bolsillo”, mirando siempre de reojo el calendario electoral.
De esa forma, la suba salarial promedio será del 70%, con el objetivo de amortiguar el impacto inflacionario, más un aumento de las asignaciones familiares y el compromiso de reapertura de la negociación paritaria en octubre con la Provincia.
Lejos de recalcular, el gobernador sigue adelante con su proyecto reeleccionista mientras combina actividades de gestión y campaña electoral, subrayan desde el perímetro que rodea el Patio de las palmeras de calle 6.
Por cuerda separada, distintos actores del oficialismo -entre ellos, el propio Kicillof- intentaron aclarar que “no es una campaña del miedo” la que plantea UxP cuando le apuntan al modelo de ajuste que fogonean los candidatos opositores.
“Cuando uno escucha ciertas propuestas de la oposición, más que propuestas parecen amenazas. Es un campeonato sobre quién es más duro y quién va a ajustar más”, indicó el camporista presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín.
“Siempre que estamos cerca de una elección, el kirchnerismo intenta armar una ficción para justificar su propio fracaso y tratar de culpar a la oposición. Ellos nunca tienen la culpa de nada, pero son responsables de todos los indicadores económicos y sociales y del relato para disimular la realidad”, responden operadores del macrismo.
“Sé muy bien que gobernar la Provincia es agarrar una papa caliente”, tuiteó días atrás Santilli, después de reunirse con vecinos y comerciantes, a metros de la residencia gubernamental que utiliza Kicillof para evaluar la escalada delictiva en las diagonales.
Se sabe. La crisis estructural de seguridad bonaerense fue siempre una virtual “silla eléctrica” que precipitó cambios de ministros, renuncias, purgas policiales y crisis políticas al más alto nivel institucional.
A todo esto, interlocutores legislativos, dentro de la Cámara de Diputados provincial, señalan que el esquema del partido La Libertad Avanza se comenzó a deshilachar ante el “voto joven”, a partir de las denuncias por la presunta venta de lugares en las listas, aparte del fenómeno mediático porteño del libertario Javier Milei.
“No es algo nuevo. En otras tradicionales fuerzas electorales (un tiro por elevación al universo K y a JxC) hay quienes tienen billetera gorda y la gastan toda en política, o acaso hace unos años, la Cámara Nacional Electoral no investigó si el entonces gobierno de María Eugenia Vidal había anotado a cientos de beneficiarios de subsidios sociales como supuestos aportantes truchos a la campaña de Cambiemos en ámbito bonaerense”, se defienden los libertarios.
“Están embarrando la cancha para que Milei no llegue competitivo a la elección presidencial”, advierten desde el entorno de Carolina Píparo, la candidata que también promete ir a fondo contra la inseguridad en territorio bonaerense.
“Quiero ser gobernadora para que los que vivan encerrados y con miedo sean los delincuentes”, promete la diputada nacional platense.
Por Ricardo Salas
Fuente: lanueva.com
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