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Bitácoras bonaerenses

Cuarentena, salvataje económico y nueva pulseada de Kicillof con los intendentes

El diseño de la ayuda financiera que el gobernador Axel Kicillof pretender darle a los municipios despertó los primeros chispazos con oficialistas y opositores en plena pandemia del coronavirus. Detalles de escenario.

27 abr 2020

Juan Alfaro (ALFA)

El sendero no cambió mucho, el temor generalizado sigue siendo la protagonista de la historia. La cuarentena, desde ahora segmentada, no trajo novedades para las grandes ciudades de la provincia de Buenos Aires. En lo concreto, ningún intendente quiere jugar con fuego, nadie siquiera piensa en habilitar salidas diarias de una hora a 500 metros de distancia. Descartado por completo. Se sabe, el Conurbano y La Plata, que pertenecen al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), junto a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y por su parte Mar del Plata, son aglomeraciones urbanas que rebasan ampliamente el límite de 500 mil habitantes que dispuso Alberto Fernández para flexibilizar el aislamiento. Además, son los lugares que están propensos a la mayor concentración de contagios. Mientras la curva esté contenida, todo seguirá igual. Pero esa tranquilidad relativa, choca con otra gran preocupación: todos los alcaldes celebraron la decisión de Axel Kicillof de no permitir que ninguno de esos distritos opte por esa posibilidad. Sus cavilaciones nocturnas, esas que no dejan dormir, están hegemonizadas por la crisis económica. Los temores.

La cuarentena ha golpeado severamente la economía del país, sobre todo a las PyMEs, comerciantes, autónomos y monotributistas. Pero también golpeó las arcas del Estado (nacional y bonaerense). Su correlato más agudo deviene en las economías municipales, donde la recaudación de tasas ha tenido caídas abruptas y las finanzas de los municipios están en rojo. Esta problemática la viven oficialistas y opositores, quienes no dudaron en concordar para golpearles las puertas a Alberto y a Axel para pedir salvatajes económicos, sobre todo para pagar los sueldos. La presión funcionó. Conscientes de las problemáticas que marca el coronavirus, el Gobernador en sintonía con el Presidente decidieron salir en auxilio de los alcaldes. Durante la semana que pasó, Kicillof mantuvo encuentro en dos tandas con intendentes representantes del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. Tras explicarles lo “complicado” que es el panorama económico, Axel se comprometió a enviar ayuda: pensó en un paquete de 4 mil millones de pesos para repartir entre los municipios, de los más de 5 mil millones que serán enviados por Casa Rosada. La primer oferta.

Pero los 5 mil millones para repartir entre los 135 distritos no convencieron ni a aliados ni contrincantes. Como un coro general, alcaldes de todos los colores, en especial de las grandes ciudades dejaron saber que ese monto “no era suficiente”. Activo como referente de los intendentes del PRO, el alcalde de Vicente López, Jorge Macri, se contactó con sus pares para que el mensaje llegue a la Gobernación en La Plata. Desde el peronismo la situación fue similar, la poderosa Tercer Sección Electoral congregó a sus alcaldes en Almirante Brown para mostrar una foto de todos los jefes comunales con barbijo y alineados en un solo pedido: una ayuda de 9 mil millones de pesos. La presión de oficialistas y opositores se sintió en la platense calle 6. A las horas y tras una reunión en Gobernación con Sergio Massa, Kicillof anunció de forma oficial que el salvataje sería de 9 mil millones y que el reparto se hará con Aportes del Tesoro Provincial y mediante la creación del “Fondo Especial de Emergencia Sanitaria para la Contención Fiscal Municipal”. Este fondo se compondrá con recursos de Rentas Generales de la Provincia, Aportes del Tesoro Nacional y otras fuentes que determine el Ministerio de Hacienda y Finanzas, como autoridad de aplicación. La ayuda financiera, destinada mediante este fondo, será reembolsable, no se percibirán intereses ni gastos administrativos de ningún tipo y se otorgará tras la solicitud de cada municipio. Pero el dato para nada menor de todo este paquete es que Kicillof tiene en mano tiene 1.000 millones para repartir mediante el Coeficiente Único de Distribución (CUD) y 3 mil millones para préstamos “tasa cero” por el Banco Provincia. Sobre este variado sistema, 4 mil millones serán repartidos “de acuerdo a las necesidades salariales de los municipios”. La segunda oferta.

Las cartas que Kicillof puso sobre la mesa tampoco convencieron a los alcaldes del peronismo y del PRO. Las viejas broncas de los alcaldes del PJ bonaerense con Axel volvieron a hacerse presentes. Molestos, no dejaron trascender su malestar en distintos medios periodísticos bonaerenses. Algunos, con mucha ironía, hasta dijeron: “Kicillof nos trata como a un restorán. Nación envía fondos y la Provincia nos lo quiere prestar”. Es que los alcaldes quieren un salvataje sin compromisos crediticios a futuro. Desde el otro lado de la calle, los alcaldes del PRO reflotaron las viejas quejas de cualquier intendente bonaerense: “Volvió la lapicera y el reparto a discreción”. En general, los jefes comunales querían que el reparto más grande sea por CUD para los 135 municipios y no a solicitud de cada municipio, para después ser autorizado o no por el Ejecutivo bonaerense. Las cosas se caldearon tanto que Jorge Macri, molesto por el sistema, abandonó el grupo de WhatsApp que los intendentes de Cambiemos tienen con la ministra de Gobierno, María Teresa García. Tensiones en los frentes interno y externo.

La discusión pública está sobre la mesa, aunque con menos tensiones que las discusiones privadas. Kicillof habló en varias entrevistas sobre la “diversidad” de la Provincia y las distintas realidades de cada municipio. Incluso llegó a decir que hay municipios que “estaban en equilibrio económico antes de la pandemia” y que “por algún tiempo, si esto no se extiende demasiado, pueden hacer frente con sus propios recursos”. Puertas adentro, en un cónclave que mantuvo con intendentes del Interior el viernes pasado en Castelli, Kicillof fue al hueso, respondió las quejas de los intendentes peronistas del Conurbano y del PRO y enfatizó que “no es sostenible que me pidan que les sustituyamos lo que perdieron de coparticipación y que yo se lo traslade a Alberto, como si acá no hubiera una crisis”. El caldeado escenario comienza a tener su correlato en la Legislatura bonaerense que hasta la semana que pasó estaba completamente parada y sin actividad. Por un lado, desde Juntos por el Cambio olvidaron que María Eugenia Vidal congeló todo el 2019 la Legislatura y ahora presionan para que se vuelva a sesionar en Diputados y Senadores. Pero el dato de fondo es que no solamente se busca sesionar de forma presencial y segura, o de forma virtual. El movimiento del tablero.

Es que la discusión política y económica, a más de un mes de la cuarentena, comienza a tomar forma en cuanto al manejo de trasfondo de la pandemia. El caso de los médicos cubanos convocados por el Gobierno bonaerense es un punto sobre este tablero que se empieza a configurar. Es así que las cumbres por videoconferencia y hasta las presenciales comenzaron a subir en número. Desde la oposición fuera de Juntos por el Cambio, comenzaron a presionar con proyectos de ley. Desde el bloque 17 de Noviembre, los diputados bonaerenses Mario Giacobbe y Fabio Brito piden que los intendentes puedan manejar a discreción los recursos del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) y los del Fondo Educativo. Por su parte, desde Cambio Federal piden que los municipios perciban el mismo monto por coparticipación que habían recibido en febrero y que el “Fondo Especial de Emergencia” se distribuya a través del CUD. En la repartición por el CUD es donde los alcaldes peronistas y de Juntos por el Cambio coinciden, aunque desde el espacio que responde a Vidal ya hablan de “manejos discrecionales” en público, desde el peronismo por ahora se guardan las broncas para conservaciones fuera de micrófono. En medio de la pandemia de coronavirus, de la preocupación por administrar y focalizar la cuarentena, la espera de los picos de contagios y la cuestión económica, más los reclamos, malestares de oficialistas y opositores, es muy difícil que Kicillof busque abrirse otro frente y habilitar la plena función –virtual o no- de la Legislatura bonaerense, sobre todo, cuando las viejas quejas y miramientos vuelven a escena entre el Gobernador y los alcaldes del Conurbano.-

Por Juan Alfaro (ALFA)

Fuente: ANDigital

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