El TEG tenía que ser un juego de mesa argento. Plan Táctico y Estratégico de la Guerra es su nombre completo: su meta es lograr un objetivo secreto para el resto de los jugadores y un objetivo general común. El jugador que primero logre cumplir alguno de los dos, se consagrará como ganador del juego.
Como una grotesca paradoja, el tablero político nacional se convirtió en un TEG, donde las alianzas, traiciones y -sobre todo- mucha incertidumbre, son los principales factores de este juego real. Ya no se trata de un ajedrez político con dos jugadores protagonistas de ambos lados de la grieta. Ahora, las internas feroces de los dos espacios antagónicos y la irrupción de Javier Milei con su Libertad Avanza, configuran un escenario (aún en borrador) de “los tres tercios”. La coyuntura política.
Hay una sensación común en la mayoría de los despachos de la política nativa: nadie sabe realmente lo que va a pasar. La crisis económica retumba en cada rincón. Si bien, todo año electoral tiene su espacio para las sorpresas y contingencias, este se caracteriza por un aroma a cambio de época, una sensación de cierre de ciclo, un modelo que se agotó y un temor a eso que vendrá. Temores comunes.
La incertidumbre es quizá la sensación más generalizada que la clase política tradicional tiene por estos días. Esas sensaciones, esos fantasmas y la amenaza de un “outsider” ganador del TEG de la política argentina, generó que el sistema interno de las alianzas políticas -que protagonizaron la grieta en los últimos años 20 años- se convulsione. El caos.
La unidad igual a Cristina candidata
Sin Cristina en la boleta del Frente de Todos (o como decida llamarse para competir en las elecciones), el panperonismo o kirchnerismo vive una de sus más feroces internas en su joven historia. La insubordinación a medias de Alberto Fernández, abrió un escenario que el frente oficialista no está acostumbrado a transitar, menos en tiempo de crisis económica y con una inflación estruendosa. Sin chances de reelección, Alberto renunció a ser candidato, pero esa declinación le dejó con mucho aire para ejercer poder de daño interno: dentro de todo, es el Presidente. El “albertismo” grita y pide las PASO, algo que en la cabeza de Máximo Kirchner y Sergio Massa no estaba en los planes, pero al calor de los hechos, parece ser un escenario que amenaza con volverse realidad. No se sabe si es simplemente un berrinche político para conseguir lugar en las listas o es que la jugada va en serio e incluso está en los planes jugar por afuera, si es que no hay PASO. En los despachos albertistas repiten que “tanto maltrato y ninguneo trajo sus consecuencias”. Hace tan solo dos años, ¿quién hubiera imaginado que alguien desafiaría a Cristina tan abiertamente y en un mismo espacio? Alberto y su círculo repiten que “Cristina no está proscripta”. El desafío.
El adelantado y siempre optimista, Daniel “Pichichi” Scioli, saltó a un escenario sin que todos los cimientos estuvieran puestos. Quizá por el empuje de Alberto, por sed de revancha o porque simplemente es el siempre dispuesto a todo con tal de llegar. Agustín “El Chivo” Rossi, otro escueto anotado para la carrera presidencial. Sergio Massa sigue en carrera, su llegada al poderoso Ministerio de Economía fue con ese propósito. En la praxis política es el candidato que Cristina, Máximo, los gobernadores, intendentes y Axel Kicillof (sobre todo) ven con buenos ojos, aunque la economía no estaría ayudando del todo. Eduardo “Wado” De Pedro de a poco se cubre con el traje de candidato. Distintas fuentes sostienen que “tiene muchas ganas” de competir en la elección, aunque claro, también está sujeto no solo a las internas del Frente de Todos, sino también de La Cámpora. Desde su costado, el siempre explosivo, Juan Grabaois también se anotó y dejó en claro que está en las “antípodas” de Massa y Scioli. Los anotados.
Nota al pie, está la posibilidad de Kicillof candidato a presidente, una idea que aterra al Gobernador y a su equipo, pero que es un plan que Máximo Kirchner viene fogoneando con argumentos que no suenan ilógicos: es el que más puede retener los votos de Cristina, tiene las armas para subirse al ring y con su formación económica puede contrarrestar la figura de Javier Milei y sus promesas de dolarización de la economía argentina. Pero Axel no quiere saber nada, es su peor pesadilla. En la Gobernación de Calle 6 de La Plata saben que es ir a "jugar un partido perdido". Pero son “soldados de Cristina” y saben que si la Vicepresidenta se lo ordena, no tendrá otra opción que aceptar. El dilema del Gobernador.
Larreta, el “delfín” que no fue
Del otro lado de la grieta no quisieron ser menos y pergeñaron su propia novela. La rebelión se Horacio Rodríguez Larreta se venía venir, “pero no tan de golpe”, repiten en algunos despachos del PRO. Es que la renuncia de Mauricio Macri a ser candidato a presidente no sólo le dejó el camino libre al actual Jefe de Gobierno porteño, sino que hizo que avance tácticamente sobre más posiciones dentro del PRO. La decisión de desdoblar las elecciones porteñas fue una clara demostración de búsqueda de buscar el liderazgo del partido y hacer un juego propio. Estalló el quilombo.
Veamos: el desdoblamiento enojó a Macri, quién fogoneó la candidatura presidencial de María Eugenia Vidal para molestar un poco a Larreta. Antes, el ex presidente presumió y pidió un candidato único en CABA, su primo, Jorge Macri. Con el desdoblamiento, Macri y Bullrich acusaron a Larreta de beneficiar su acuerdo con el radical, Martín Lousteau y su candidatura. El actual alcalde porteño reaccionó habilitando las “candidaturas” de sus ministros Fernán Quirós, Soledad Acuña y hasta el legislador porteño, Emmanuel Ferrario. Las internas del PRO estallaron, tomaron mucha temperatura, pero la sangre no llegó al río. Al final, los porotos de fueron acomodando, Se bajó el desconocido Ferrario, más adelante Acuña y Vidal, quien tuvo su renunciamiento a su candidatura presidencial y con los días, se descartó que pueda ser candidata por la Jefatura de Gobierno Porteño. En todo ese ínterin, Vidal tuvo que hacer equilibrio sobre la batalla que Macri y Larreta encabezaban. Al final, la ex gobernadora bonaerense, que esperará hasta una nueva oportunidad, reconoció entre los suyos: “Me sentí usada por Mauricio”. La tormenta interna.
Se sabe, Mauricio se la tiene jurada a Horacio y hará todo lo posible para que el “delfín” que no fue pierda la interna contra Patricia. Sobre esto, el líder del PRO desafiado, ejerce una nueva presión sobre Vidal para que apoye la candidatura de Bullrich. Mientras tanto, el dilema porteño, después de varias cumbres, se resolvió en que haya un solo candidato del PRO y que sea el que mejor mida en las encuestas. Ese escenario es más que favorable a Jorge Macri. Al final, todo terminó, como empezó: candidato único del PRO y elección porteña desdoblada. Empate entre Macri y Larreta.
El problema bonaerense
Dato para arrancar. La cumbre de las altas esferas de PRO también decidió que haya PASO en la Provincia de Buenos Aires para definir candidato a Gobernador. El enfrentamiento entre Larreta y Bullrich tiene su correlato en el territorio bonaerense. Diego Santilli, candidato auspiciado por Horacio aún sueña con ser el candidato de unidad y así evitar una interna feroz a la bonaerense. Pero la postura de su jefe político, por ahora, es que se prepare para la batalla interna. En la tropa de Bullrich hay muchos caciques y poca tropa. Los anotados son Joaquín De la Torre, Javier Iguacel y Néstor Grindetti. Con la baja de Vidal, Cristian Ritondo desembarcó en las costas de Patricia con ganas de ser el bendecido que trae la recomendación de Macri. Pero Bullrich aún no acepta (es hasta menos dócil que Larreta) y desde su armado aseguran que “la moneda está en el aire”. Para sumarle pimienta al TEG de la política argentina, De la Torre –por ejemplo- avisó que si Ritondo es el elegido, él ya tiene boletos para ir a pedir asilo en el espacio de Milei. “El negocio de Patricia es no apurarse”, grafican sus armadores. La paz armada.
Temerosos de perder su poder, los intendentes de Juntos (como los del peronismo), no quieren ser presos de una interna a nivel nacional o provincial. Por eso inventaron distintas formas de boletas para que puedan ser reelegidos en sus distritos: la boleta “V”, “Y” y hasta la “I”. Después de tantas negociaciones, pretenden ir pegados a las dos boletas en disputa, eso sí, por ahora, no estarían evitando que Bullrich les plante candidatos en sus territorios para disputarles una PASO (preguntar a Julio Garro en La Plata). Por su lado, los intendentes del Frente de Todos están ensayando distintas alquimias para poder tener éxito en los comicios. Sin Cristina en la boleta (en especial para los distritos del Conurbano) y con la crisis económica, sus chances de otra reelección se ven amenazadas. Dato no menor para ambos lados de la grieta, el efecto Milei también les preocupa, dado que el aumento en intención de voto del libertario, advierte que es en desmedro de ambos espacios políticos. El temor de los popes.
En sus deseos y planes más bienaventurados, Kicillof se ve asumiendo en diciembre su segundo mandato como gobernador bonaerense. Trabaja en su campaña desde que terminó el Mundial de Qatar en diciembre y todos los ministros e intendentes que le responden pidieron por su reelección. En lo formal, Axel es el candidato único del Frente de Todos. En la mente de Máximo Kirchner se pensó alguna vez por Martín Insaurralde candidato a gobernador y Kicillof candidato a presidente, por ahora esa posibilidad es remota. Alberto amaga con poner a Victoria Tolosa Paz como candidata en la Provincia para enfrentar a Kicillof en una PASO, pero después cambia de opinión y deja trascender que la quiere como candidata a vicepresidenta de Daniel Scioli, y así. Los desafíos para Kicillof son firmar el 24 de junio como candidato a gobernador y no como candidato a presidente y esquivar las secuelas de la crisis para no quedar succionado por la boleta nacional, si es que no desdobla los comicios bonaerenses. El medio plan.
Un nuevo intento para desdoblar las elecciones bonaerenses, y van….
No es nada nueva la idea. Lo pensaron los gobernadores en los últimos 15 años. Vidal hasta formó una Bicameral para avanzar con ese plan, pero fracasó. La política bonaerense está sometida por la necesidad nacional. Kicillof no se quedó atrás, tiene su propio esquema, con el mismo objetivo: no quedar preso de una mala elección nacional. El 15 de abril, el gobierno bonaerense publicó el Decreto que ratifica que las PASO provinciales serán el 13 de agosto, mismo día que las nacionales. Detalle para nada menor, Axel se guardó la fecha para la realización de las generales. Con los días se develó el plan para desdoblar las elecciones bonaerenses. Todo es especulación. Kicillof habla de la forjar la “identidad bonaerense”, pero como se dijo el objetivo es evitar el mal arrastre nacional y esquivar el efecto Milei en la Provincia. Con Cristina candidata a algo, el plan sucumbe. Obviamente, el Gobernador y su equipo esperaran al cierre de listas para ver si desdoblan o no. No vaya a ser que lo pongan como candidato a presidente y él mismo haya sido el gestor de su propia arma en contra. El amague.
El torbellino Milei
Hace tan solo cuatro años, Javier Milei y su La Libertad Avanza era un “outsider” de la política que llegaba con ideas “alocadas” que pegaban en ciertos sectores de la sociedad. Pero la crisis económica y la crisis de credibilidad hacia la clase política tradicional (la “casta”), hizo que Milei este 2023 tenga serias chances de llegar al Sillón de Rivadavia. Su crecimiento no tiene armado, no tiene estructura, se da en base a su figura y se centra en la CABA y la Provincia de Buenos Aires. Nada menor, por supuesto. En su peor elección, su espacio puede duplicar la cantidad de legisladores porteños y bonaerenses y tener un importante bloque en el Congreso Nacional. Milei le saca votos a Juntos por el Cambio y al Frente de Todos y eso lo posiciona como el tercero real en discordia. El fenómeno de la política.
Pero Milei y su espacio también juegan al TEG. En el 2019 irrumpió en la política formal de la mano de una frágil alianza con José Luis Espert, quien ahora, relegado en el espectro libertario, pidió pista en Juntos por el Cambio y quiere ser candidato a presidente. Las malas lenguas dicen que es en sintonía con Larreta y que el objetivo es quitarle votos a Bullrich. Esas diferencias, hicieron que el bloque de tres Diputados en la Provincia se parte, precisamente en tres. Para sumarse al dilema bonaerense, Milei no tiene un candidato serio en la Provincia y un escenario de desdoblamiento lo deja sin el efecto arrastre de su intención de voto. En los pasillos de la política, varias fuentes aseguran que Macri opera para formar una alianza con Milei, algo que no es compartido por Larreta, Vidal y Bullrich. Pese a todo esto, muchos analistas sostienen que el fenómeno Milei es algo que se venía venir y la clase política tradicional hizo todo para abrirle la puerta. El otro tercio.
¿El fin de la grieta?
Alianzas, traiciones, desafíos, rebeldías, pases y cambios de espacios políticos e internas feroces, son parte de este TEG electoral de la política argentina. Varias interrogantes surgen sobre este novedoso escenario: ¿Se acerca el fin de la grieta? ¿Se viene la Argentina de los tres tercios? ¿Se jubilan Cristina y Macri para dar paso a nuevos liderazgos? El tiempo corto lo dirá. Lo cierto es que hace años que el tablero político no se movía tan abruptamente, para un lado, para el otro. La incertidumbre es el mayor fantasma. Nadie puede asegurar nada. La perinola gira y gira. Las elecciones de este año duplican su trascendencia, muchos anticipan un cambio. ¿Hacia dónde? Aún sin respuesta. Los ciclos en la historia, con transiciones y/o cambios de modelo, se producen en años. En estos momentos, seguramente algún otro movimiento se está realizando en el TEG electoral de la política argentina…
Por Juan Alfaro (ALFA) | Director de Cronos Noticias