Alberto Sileoni, director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, conversó con CRONOS en el marco del discurso del gobernador Axel Kicillof el pasado lunes 6 de marzo en la Legislatura provincial y destacó el trabajo del mandatario.
“El gobernador siempre tiene la capacidad de mostrar un conjunto duro de cifras irrefutables y esto lo reconocen unos y otros, pero también hay, a mi juicio, un vuelo conceptual en su discurso y que tiene que ver con tres o cuatro cosas que recorren las ideas del gobernador”, resumió minutos despues de un discurso repleto de cruces, chicanas y tensiones entre Kicillof y la oposición.
“Primero, la importancia del estado. No hay modo de construir una sociedad justa, con dignidad, que acoja a todos, si no es con mucho estado. La posibilidad de los derechos, que también es un eje que ha transitado todos y cada uno de los párrafos del gobernador; los derechos deben ser universales, los derechos deben ser para todos, si son para algunos no son derechos”, agregó.
“Y el sostén de esta cuestión es uno solo: es la inversión”, destacó en dialogo con CRONOS. A su vez, Sileoni mencionó que el discurso de Kicillof no es un “prometo hacer”, sino un “hago con los recursos del estado nacional”.
“Con los recursos, a veces de los municipios, y fundamentalmente con los recursos de un estado provincial sólido, con una banca solida propia, al servicio de los que menos tienen. Eso es muy importante, saca de la cuestión política de lo eminentemente discursivo y la pone en el plano de las concreciones. Si no hay inversión, no hay modo de construir nada”, remarcó.
Sileoni resaltó que “la cotidiana tarea que todos los días hacen el gobernador y su equipo” es lo que lo ayudará a una muy posible reelección: “Lo ven los vecinos”, afirmó.
“En materia de obra pública, en materia de salud, ninguna zozobra durante una pandemia que fue muy dolorosa, en materia de educación, en materia de desarrollo rural, en materia de producción”, finalizó el director general de Cultura y Educación bonaerense.
Por Milagros Alvarado