De poco sirvió el poroteo previo y los cálculos de más de un asesor legislativo para reunir las voluntades necesarias que le permitieran al oficialismo iniciar la sesión para dar tratamiento a la iniciativa que modifica el régimen de la Caja de Jubilaciones, Subsidios y Pensiones del Personal del Banco Provincia.
El traspié de la reforma del Bapro representa un duro revés para Kicillof. De antemano se sabía que en el Senado -con escenario de paridad en las bancas- el proyecto sucumbiría. Pero lo que pocos preveían era que ni siquiera pudiera reunir quórum en la Cámara baja, donde el Frente de Todos es la primera minoría. Las negociaciones con los bloques minoritarios no llegaron a buen puerto, y tuvieron que conformarse con bajar al recinto para mostrar que no lograban quórum.
La pretensión del gobernador de “exponer” a los legisladores de Juntos que rechazan el proyecto, se quedó a mitad de camino. Un misil boomerang que pega de lleno en la línea de flotación del oficialismo.

¿Y ahora qué?
En los pasillos de la Casa de Leyes se preguntan cómo seguirá la dinámica legislativa, con el Presupuesto 2023 en el horizonte. El debate de la Ley de leyes transitaba por sus carriles normales -con el desfile de funcionarios en la Legislatura-, pero el conflicto por la reforma de Bapro modifica la ecuación.
“El escenario es otro, la situación cambió”, confiaron a CRONOS.
Un paso en falso para el gobernador, que deberá barajar y repensar la estrategia en torno a la reforma del Bapro, porque los números parlamentarios le son esquivos.