Sin consenso, sigue trabada la designación de Thea en el Tribunal de Cuentas

Federico Thea es la persona elegida por el gobernador Axel Kicillof para ocupar el cargo que dejó Eduardo Grinberg al mando del Tribunal de Cuentas, y a pesar de que a fin de año parecía una alternativa bastante factible, se fue complicando cada vez más.

Con la renuncia de Grinberg después de 35 años en su cargo, Kicillof envió al Senado bonaerense un pliego para que este puesto sea ocupado por Thea, que hasta ese entonces se desempeñaba como secretario General de la provincia de Buenos Aires.

Aunque en diciembre parecía haber llegado a un acuerdo con la oposición, consensuando otros cargos en la Defensoría del Pueblo y en el directorio del Banco Provincia, la negociación con Juntos, sobre todo con el PRO, se volvió una remada en dulce de leche.

Tal como lo anunció CRONOS hace unos meses, el PRO bonaerense no quería saber nada con que un hombre de confianza de Kicillof ocupe una banca vitalicia.

Sin embargo, otros partidos como el radicalismo tampoco estarían convencidos. Incluso, dentro del mismo Frente de Todos existen las discrepancias sobre este nombre, como en La Cámpora o en el círculo de los intendentes bonaerenses oficialistas.

Lo cierto es que el propio gobernador se encuentra convencido de que Thea es la persona correcta para este puesto, y aunque se mencionaron otros nombres, nunca quiso dar el brazo a torcer. Sin embargo, parece que con el correr del tiempo el exsecretario General sumó más detractores que aliados, a pesar de su intento de lo contrario.

Parece que el tan anhelado “consenso” entre ambas fuerzas del Senado provincial se encuentra en su punto máximo de tensión, ya que Kicillof no da su brazo a torcer y esto complica más el resto de los cargos que tienen que definirse, y que irían para la oposición en caso de acordar que el titular del Tribunal de Cuentas salga del Frente de Todos.

Además, cabe recordar que en la Cámara alta provincial hay una situación de incertidumbre por la no definición de las comisiones: el oficialismo quiere quedarse con la mayoría y la titularidad de Asuntos Constitucionales, mientras que Juntos no quiere ceder, teniendo en cuenta que ese no era el acuerdo previo.