3 sep 2025
La ciudad de La Plata atraviesa un fenómeno ambiental cada vez más evidente: el efecto “isla de calor”. Así lo confirmó un estudio realizado por el Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades de la UNLP, el Centro de Investigaciones Geográficas y el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET). Según el relevamiento, algunas zonas urbanas del partido registran temperaturas entre 5 y 10 grados más altas que sus alrededores rurales o con mayor vegetación.
Este fenómeno ocurre por la acumulación de superficies artificiales, como calles asfaltadas, techos y veredas, que absorben y retienen el calor durante el día, liberándolo lentamente durante la noche. A diferencia del calentamiento global, cuyas consecuencias se perciben a escala planetaria, las islas de calor tienen un impacto localizado, aunque generan efectos similares: mayor consumo energético, riesgos para la salud y degradación ambiental.
La investigación, realizada a partir de imágenes satelitales y técnicas de teledetección, permitió estimar la temperatura superficial en distintas localidades del partido de La Plata. Los mayores registros térmicos se encontraron en centros urbanos como Gonnet, City Bell, Gorina, Villa Elisa y Arturo Seguí, donde la cobertura vegetal es escasa y predomina la infraestructura compacta.
Además, se detectó un patrón diferenciado entre el norte y el sur del partido, dividido por la calle 138. En el norte, predomina el modelo de ciudad compacta con veredas angostas y poco arbolado, mientras que el sur presenta una alternancia de zonas verdes, canteras, barrios cerrados y áreas hortícolas, generando variaciones más marcadas en la temperatura y el índice de vegetación.
La clave para entender este contraste radica en el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), que vincula la cantidad de cobertura verde con la regulación térmica. Según los datos, las áreas con mayor vegetación, como quintas, clubes de campo y zonas hortícolas, presentan temperaturas significativamente más bajas, lo que demuestra el rol fundamental de los espacios verdes como moderadores del clima urbano.
“Este análisis permite concluir que el fenómeno de 'isla de calor' constituye una problemática significativa en el área urbana de La Plata y requiere ser incorporado en las políticas de ordenamiento territorial”, sostuvo la geógrafa María Inés Botana, directora del proyecto. En ese sentido, la investigadora remarcó la necesidad de articular ciencia y gestión pública para planificar ciudades más sustentables y resilientes.
Con más de 1,6 % de la población argentina concentrada en el aglomerado La Plata-Berisso-Ensenada, y una intensa actividad urbana e industrial, la presión sobre el ambiente es cada vez mayor. Por eso, el estudio destaca la importancia de incorporar herramientas como la teledetección en el diseño de políticas públicas que busquen equilibrar desarrollo urbano con conservación ambiental.
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