Un gran invento argentino: estufas que no necesitan gas ni electricidad

Se acerca el invierno y, con él, la necesidad de desempolvar ropa de abrigo, frazadas y guantes. Es un momento en el que revisamos nuestros sistemas de calefacción, desde estufas a gas hasta aires acondicionados con función de calor. Sin embargo, para aquellos hogares sin acceso a gas o electricidad, o para ahorrar costos o ser amigable con el medio ambiente, una innovadora creación argentina ofrece una solución prometedora.

Este novedoso desarrollo no solo representa una alternativa para prescindir del gas y la electricidad, sino que también contribuye a la reducción del consumo energético, algo crucial en tiempos de ajustes económicos. Esta invención nacional emplea alcohol etílico como combustible, un recurso tanto accesible como renovable.

La gestación de esta revolucionaria estufa, que se destaca por su economía y respeto al medio ambiente, es obra de Gabriel y Matías Di Tomaso, padre e hijo. En 2017, tras enfrentar diversas dificultades en sus emprendimientos, Gabriel recibió el consejo de su psicólogo de dedicarse a alguna actividad que realmente lo apasionara.

Fue así como se refugió en el taller que tenía en el garaje de la casa de su madre. Allí comenzó a elaborar calentadores con fines decorativos para mesas. La idea de transformarlos en una opción viable para la calefacción del hogar surgió cuando su hijo Matías los vio y reconoció su potencial.

Empleando alcohol etílico al 96%, diseñaron estas estufas que no requieren ningún tipo de instalación ni conexión a redes externas. Además, son una alternativa segura y sostenible, ya que evitan el uso de combustibles fósiles.

Actualmente, se comercializan dos modelos de estufas a alcohol: una chica con una capacidad de 3.000 kilocalorías por hora y otra grande que alcanza las 4.000. El modelo de menor potencia puede calentar un espacio de hasta 30 metros cuadrados y consume un litro de alcohol etílico cada cuatro horas de uso continuo a máxima potencia. Dato no menor, su quemador cuenta con una tapa que permite ajustar la intensidad del calor deseado.

Cómo funciona la estufa a alcohol etílico

Estas estufas no emiten gases nocivos y poseen una vida útil superior a los diez años, lo que las convierte en una excelente opción para mantener el hogar cálido con un menor gasto. Adicionalmente, a diferencia de las estufas convencionales, no implican costos de mantenimiento.

Una característica distintiva de las estufas Di Tomaso es la posibilidad de desmontar sus quemadores. Esto les confiere una doble función: en invierno, calientan los ambientes, y en verano, pueden transformarse en un elemento decorativo para el jardín, al cual incluso se le puede añadir aceite de citronela para repeler insectos.

En cuanto a la seguridad, estas estufas incorporan un sistema innovador: el alcohol no se encuentra en estado líquido, sino que está absorbido en un paño de piedra. Esta medida previene derrames en caso de que la estufa se volcara accidentalmente.

Con el fin de aumentar su practicidad, los Di Tomaso incorporaron ruedas a algunos de sus diseños. Esto facilita su traslado entre diferentes habitaciones, eliminando la necesidad de adquirir múltiples unidades para calefaccionar distintas áreas de la casa.

Matías, quien dejó su carrera como profesor de tenis para dedicarse de lleno a este negocio, comenta que sus clientes provienen de todo el país y abarcan diversos estratos sociales.

Entre los compradores se encuentran personas de zonas sin acceso a la red de gas y con conexiones eléctricas deficientes, para quienes esta invención resulta indispensable para calentar sus viviendas. Sorprendentemente, también es adquirida por propietarios de residencias de lujo en countries o barrios privados.

Además, existe la opción de adquirir únicamente el quemador para instalarlo dentro de salamandras y chimeneas existentes, evitando así la labor de cortar o comprar leña.

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