20 dic 2024
Un vecino que tiene domicilio a 300 metros de la Comisaría 9na. y a 500 del Centro Único de Monitoreo de Quilmes, sufrió un violento asalto en la puerta de la casa y de manera increíble resultó ileso cuando le dispararon a corta distancia.
Pero la terrible secuencia guardaba una dramática y última escena cuando los sujetos se llevaron el auto en el que permanecía una nena de cinco años.
Alrededor de las 16:30 Marcelo salió de la casa para ir a la veterinaria que le pertenece y en la que lo aguardaba la esposa, también doctora especialista en animales. Estaba en compañía de la hija a la que antes de partir ubicó en los asientos traseros del Chevrolet Corsa. Lo que ocurrió a continuación fue pura violencia extrema.
El hombre fue abordado por tres jóvenes delincuentes, que portaban al menos un arma de fuego, que lo encañonaron y le exigieron las llaves del rodado.
Marcelo se resistió a entregar el vehículo y perseguido por los maleantes corrió hacia la esquina por la calle Andrade.
La intención del hombre recorrió pocos metros, los pantalones se le cayeron hasta las rodillas y este impedimento lo obligaron a enfrentar cara a cara al sujeto armado.
El médico veterinario le tiró algunos manotazos para mantenerlo a distancia hasta que el violento le respondió con un balazo a quemarropa. Por buena fortuna el proyectil no impactó en el hombre que reinició la fuga hasta que cayó de cara al pavimento y perdió las llaves del Corsa que acabaron bajo una camioneta.
El delincuente corrió hasta la Ranger y de rodillas recuperó el elemento que le permitió sustraer el rodado instantes después.
Cuando Marcelo observó al delincuente con las llaves de su automóvil se desesperó: en el habitáculo había dejado a la nena.
"¡Pará que está mi hija!" les gritó y repitió en varias ocasiones como un ruego.
Los jóvenes ladrones abordaron el Corsa y luego de algunas dudas lo pusieron en marcha para escapar en dirección a la Av. Calchaquí.
Segundos después la voz de una vecina que se había sumado al pedido por la niña, trajo la calma: "está ahí la nena".
A la hija de Marcelo la bajó la abuela que desde la puerta del domicilio fue testigo del violento robo.
El desesperado padre debió ser trasladado a un nosocomio producto de las heridas que le provocaron en el rostro y la cabeza las diferentes caídas que sufrió en la persecución.
Hasta el momento los tres delincuentes, incluido el que lucía una remera con la leyenda "Barrio San Cayetano, Rafael Castillo", permanecen prófugos y sin identificar.
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