Mecheros viciosos: compraron papelillos, robaron una pipa de agua y en segundos se hicieron humo

Los comerciantes de Mar del Plata están sobrellevando una tremenda oleada criminal en sus locales. Delincuentes, solitarios o en bandas, con un amplio rango etario, les roban de día o de noche. Las persianas bajas y los sistemas de alarma no son un impedimento, violentan cualquier medida preventiva para conseguir sus objetivos y en muchas ocasiones provocan impresionantes daños.

Los negocios que se encuentran abiertos al público también son víctimas de hechos de inseguridad: sujetos armados irrumpen en los salones, amenazan a los empleados y huyen, entre otras cosas, con la recaudación.

Otro delito muy denunciado en la ciudad es el hurto con la modalidad "mechero": ladrones que simulan ser clientes para recorrer los locales, mientras esperan la mínima distracción de los vendedores, para robar mercadería que ocultan en bolsas, mochilas o entre sus ropas.

Esto último ocurrió en una sucursal de "La Tabaquería", lugar donde se comercializan tabacos y gran variedad de elementos para fumar cigarros, hebras con pipa o cigarrillos armados.

El último jueves, alrededor de las 13.30, dos clientes ingresaron al local ubicado en el cruce de las avenidas Juan Jara y Libertad y uno de ellos fue derecho al mostrador donde aguardaba la empleada. Luego de los saludos de rigor el muchacho solicitó papelillos para armar, abonó y con el acompañante abandonó el lugar.

Un rato después, al detectar el espacio vacío en una de las vidrieras, la joven revisó la grabación de las cámaras de vigilancia y observó que la pareja de jóvenes le sustrajo una pipa de agua. Mientras uno compraba el otro tomó el dispositivo y se lo escondió debajo de la campera.

"La pipa que se llevaron tiene un valor de 100 mil pesos", le aseguró un responsable del comercio a CRONOS. "Son pibes del barrio y hasta el momento no los teníamos identificados como ladrones", agregó la persona encargada de "La Tabaquería".

Al observar el video que acompaña esta nota se podría afirmar que no se trató de un hurto de ocasión, al voleo, sino que fue premeditado.