6 jul 2024
En el Conurbano bonaerense es evidente que se realizan tareas de inteligencia y patrullaje, pero no las efectúa la Policía bonaerense, las perpetran los delincuentes. En las últimas semanas se presume que fueron dos bandas, las que robaron en las viviendas de dos adultas mayores de 83 y 90 años.
En estos casos no hubo brutales agresiones físicas, aunque las aterradas mujeres estuvieron cautivas alrededor de dos horas.
La madrugada del jueves tres sujetos que se movilizaban con al menos un cómplice en un viejo modelo del Renault Clío, irrumpieron en la vivienda de Mirta, una activa señora de 90 años.
Alrededor de las 3, una pareja de encapuchados saltó las altas rejas de seguridad y a hurtadillas llegaron a los fondos de la casa ubicada sobre la calle Luzuriaga, en la localidad de Llavallol.
Luego de algunos minutos y con instrumentos que llevaban en una mochila, cortaron un barrote del enrejado que protegía una ventana y uno de los delincuentes llegó al interior por un hueco de 24 x 26 cm. A continuación le abrió la puerta al cómplice y comenzó el terror.
La mujer descansaba en su dormitorio pero despertó cuando escuchó ruidos y notó que habían encendido la luz de la cocina.
"Entraron en la habitación y lo primero que hicieron fue taparle la boca con las manos", contó una vecina. "Calladita, no diga nada y no grite", le dijeron y se lo repitieron todo el tiempo, aseguró la amiga de la víctima. "Le dejaron marcas en la cara y las manos", agregó.
Mirta relató que vio a tres sujetos con los rostros cubiertos y que usaban guantes pero, a pesar de no verles las caras con claridad, aventuró que no tendrían más de 30 años.
Los delincuentes la mantuvieron encerrada y vigilada casi dos horas, mientras buscaron dinero y elementos de valor en cada ambiente, placard, mueble y cajón de la vivienda.
"En todo momento se comunicaban con un cómplice que los esperaba afuera y les pasaba información", aseguró Mirta.
Los sujetos escaparon con el poco dinero en efectivo que había y con algunas antiguas alhajas, también una vieja carabina propiedad del marido de la mujer.
"Antes de abandonar la casa le tiraron el teléfono celular al inodoro para dejarla incomunicada, se llevaron las llaves pero se fueron saltando las rejas. No comprendemos esa actitud", comentó la mujer.
CRONOS accedió a las imágenes de dos hombres que merodearon la zona, con la cara descubierta y en horas diurnas, a quienes los vecinos identificaron como miembros de la banda criminal.
"No son del lugar y lo recorrieron con actitud sospechosa, observaron las casas y los movimientos del barrio. La contextura física es similar a la de los delincuentes que le robaron a Mirta", comentaron los vecinos.
Por razones lógicas y legales CRONOS no puede publicar las fotos y videos de los sujetos, pero no se deshizo de ellas.
Un detalle inquietante: el domicilio de Mirta es el quinto que fue asaltado en la misma manzana desde que finalizó la pandemia.
El lunes 17 de junio, alrededor de las 20:30, una vecina de Banfield fue víctima de un atraco con el mismo modus operandi.
Tres sujetos treparon por una medianera y saltaron el alto enrejado para llegar al jardín de una casa ubicada sobre la calle Castro Barros.
Los malvivientes violentaron un acceso y sorprendieron a la moradora, una mujer de 83 años, a la que amenazaron y mantuvieron cautiva hasta las 22. Los delincuentes desbarataron los ambientes en busca de dinero y joyas, no dejaron muebles y cajones sin revisar.
Luego de 90 minutos interminables para la víctima, los sujetos salieron por la puerta y escaparon en el mismo vehículo que los llevó hasta el lugar.
Detalle inquietante: en diagonal y a pocos metros de esta vivienda robada, hay una garita con un hombre que se desempeña como seguridad privada. En esa esquina y durante algunos minutos, se detuvo el cómplice con el automóvil que trasladó a los tres ladrones.
"A veces se distraen", comentó un vecino sobre los vigiladores. "Lo bueno es que a la abuela (los delincuentes) no le hicieron nada", agregó.
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