La segunda no salió bien: carnicero atrapó a un sujeto que lo intentó estafar otra vez

"Las segundas partes nunca fueron buenas", es un latiguillo muy utilizado en el cine, también para las relaciones amorosas o de pareja y para las estafas. Los criminales que "trabajan" con este modus operandi tienen buena memoria y manejan como regla que no se puede repetir un engaño en el mismo lugar.

El último lunes un sujeto de 32 años que ignoraba o no respetó este criterio, fue detenido por un comerciante al que había engañado con una billetera virtual trucha dos semanas antes. Además, antes de ser entregado a la policía, recibió la descarga de furiosos vecinos.

Enrique, de 62 años, es el propietario de una carnicería ubicada en la intersección de las calles Beaucheff y Cura Brochero, en Grand Bourg, y fue quien corrió para detener al hombre al que acusó de estafador.

En declaraciones a la prensa el hombre contó que el miércoles 14 de febrero el mismo sujeto lo estafó con alrededor de 90 mil pesos en mercadería.

"Me pidió varios cortes para asar a la parrilla y me pagó a través de una billetera virtual trucha. El importe lo recibí pero poco después desapareció la acreditación", relató Enrique.

Esta semana el estafador regresó junto a un cómplice que lo esperó en la puerta a bordo de una moto.

"No lo reconocí hasta que me pidió la carne, la voz era inconfundible", aseguró el comerciante.

En ese momento le recriminó que lo había estafado y, cuando el sujeto escapó a la carrera, Enrique fue tras él.

La persecución se extendió casi 100 metros, hasta que el delincuente resbaló y cayó en la esquina. El carnicero lo sujetó y forcejearon, en ese momento el rastrero sacó un destornillador y lo amenazó para que lo libere.

El hombre no se rindió y junto algunos vecinos que fueron en su ayuda, derribaron e inmovilizaron al estafador.

Un llamado al 911 alertó a la policía sobre lo que ocurría y luego de varios minutos se presentaron cuatro patrullas y una ambulancia del SAME. En calidad de aprehendido y por las lesiones que le provocaron los enojados vecinos, el malviviente de 32 años fue trasladado a un nosocomio de la zona para recibir algunas curaciones.

El cómplice, como es habitual, lo abandonó y desapareció del lugar.