13 ene 2024
Los hechos de inseguridad que ocurren a diario en cada rincón de la provincia de Buenos Aires dejaron de sorprender hace muchos años. Los habitantes del Conurbano salen a la calle con miedo de ser asaltados y de no encontrar nada dentro de sus casas a su regreso. La situación es terrible, pero lo peor y más peligroso es que se están acostumbrando.
El partido de Morón tiene a su "Hombre del Rifle". A diferencia del personaje que encarnó Chuck Connors en la década del 50, este sujeto no anda a caballo y no es de "los buenos".
Junto a un cómplice se moviliza en una moto para aterrorizar y asaltar a los vecinos, carece de todo tipo de códigos y lo demostró la tarde de este jueves cuando atacó a un hombre que llevaba a su pequeño hijo en un coche de paseo.
En la intersección de las calles Pavón y Hortiguera, el cobarde saltó de la moto, tomó el rifle y corrió unos metros para atacar a traición a la víctima.
El hombre caminaba por Pavón cuando fue encañonado y amenazado por la espalda, saltó a un costado y por poco evitó que el carrito donde llevaba a su hijo se diera vuelta y que el niño caiga al pavimento.
La escena duró pocos segundos y el rastrero escapó sin poder robar nada bajo una lluvia de insultos, luego de piedras, que le arrojó el indignado padre.
El rastrero, cuando llegó a la esquina y a manera de despedida, levantó el rifle y lo amenazó con disparar a pesar de la presencia del bebé.
Un hombre que a bordo de su camioneta estaba detenido sobre la calle Pampa al 3900, a metros de la intersección con Montañeses, fue atacado por cuatro jóvenes delincuentes que le sustrajeron el rodado.
En parejas lo sorprendieron desde atrás y desde la vereda de enfrente a la carrera, lo apuntaron con un arma de fuego a través de la ventanilla y lo obligaron a descender. A continuación lo bolsiquearon y además del vehículo le sustrajeron el resto de las pertenencias.
En pocos segundos los jóvenes ladrones escaparon por calle Pampa en sentido a la ruta 3 y el centro de la localidad de San Justo.
Este tipo de asaltos, habituales en cualquier partido del Conurbano, ocurrió a solo 14 cuadras del que sufrió la encargada de una panadería el viernes por la mañana (Ver Culatazos y un disparo al aire).
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