Salieron a tomar un café, les barretearon la puerta y le dieron vuelta el departamento

La noche del viernes, alrededor de las 21, Mónica y su pareja salieron de su vivienda ubicada en la calle Pueyrredón, en la localidad de Lomas del Mirador, para ir a tomar un café en el centro de Ramos Mejía.

"Por seguridad prefiero que no se publique mi dirección exacta", le dijo la mujer a CRONOS.

Mónica tiene miedo y no es la única, en los últimos meses muchos vecinos de la localidad y de otras aledañas, fueron víctimas de una banda de jóvenes que se dedica a robar viviendas con la modalidad escruche.

A pesar que los delincuentes disimulan o se cubren los rostros con barbijos, "cuellos" o capuchas, muchos de los perjudicados por su accionar afirman que se trata de quienes les robaron y quedaron registrados por las cámaras de vigilancia.

"Con mi pareja salimos a tomar un café al centro de Ramos Mejía, estamos cerca, y ni bien llegamos recibí un mensaje de la vecina del primer piso", relató Mónica. "Me preguntó si alguno de mis hijos estaba en la casa porque con las cámaras vio a unos chicos en la puerta y escuchó ruidos sospechosos", destacó.

A la mujer se le cayó el alma al piso, sus hijos no viven con ella y esa noche no iban a pasar por el lugar.

"Uno de mis hijos vive muy cerca y lo llamé, enseguida fue al departamento con unos amigos del barrio pero los ladrones ya se habían escapado", recordó la víctima. "Cuando le confirmé a la vecina que no podían ser mis chicos, ella y su familia golpearon las paredes y gritaron para que se espanten y se vayan", agregó.

Los sujetos estuvieron entre 5 y 10 minutos pero, a pesar del poco tiempo, le dieron vuelta la pequeña vivienda.

"No lo podíamos creer, revolvieron los cajones y placares, hicieron un desastre y tiraron todo. Se llevaron una cadena de oro, que la guardaba para regalar a mi nieta en su cumpleaños número 15, y lo que me quedaba del sueldo, trabajo en el Estado y vivo al día", indicó la mujer. "Si la vecina no los veía en la puerta y no los asustaba, se llevaban lo poco que tengo", admitió.

Mónica indicó que salió de la casa y vio al muchacho, a la postre uno de los ladrones, caminar por la vereda de enfrente, pero no le despertó sospechas.

El los largos videos, que fueron editados para acompañar esta nota, se visualiza el vehículo rojo en el que se movilizaban y que estuvieron dando vueltas por la zona más de 20 minutos. Cuando huyeron, el rodado y al menos un cómplice, los esperaban a una cuadra y también fueron registrados.

"La policía tardó bastante en llegar, llamamos tres veces al 911 y los oficiales dijeron que a ellos les llegó solo un aviso y enseguida vinieron para acá. Si respondían a la primera alerta los agarraban", indicó Mónica. "Luego vino la científica que se llevó el barbijo, la gorra y la barreta que se olvidaron los ladrones apurados. También hallaron huellas", advirtió.  

Además de lo robado, la mujer tuvo que afrontar el cambio de la cerradura y abonar la reparación de la puerta violentada. "Antes que el cerrajero termine con el trabajo y que pueda cerrar la puerta de mi casa, el móvil de la Comisaría Noroeste 6ta. de Lomas del Millón, en La Matanza ya se había ido", contó la víctima impotente.

Desde el viernes Mónica no sale a la calle, está muy asustada y angustiada porque desconocidos violaron su intimidad y metieron las manos en sus pertenencias. La mujer asegura que el valor de lo robado no fue alto porque no había mucho para sustraer, pero la valiosa tranquilidad y la seguridad perdida dejaron un alto costo emocional.