11 ago 2023
El partido de La Matanza está a punto de explotar por la violencia extrema y los hechos de sangre, que son moneda corriente, y los vecinos ya no soportan más. El ministro Berni dejó de hacer "acto" de presencia en los escenarios porque él, mejor que nadie, sabe cómo reacciona el ciudadano hastiado. El intendente Fernando Espinoza, que vive en una realidad diferente a la de los matanceros, hace tiempo le tiró la pelota a la gobernación y solo aparece en "actos controlados".
Martina, de 33 años, y su hijo de 3, son las nuevas víctimas de la inseguridad y el abandono estatal. En la tarde del jueves, a las 17:30, estacionó la Renault Sandero en la puerta de la vivienda ubicada en Santa Catalina al 3500. Instantes después, en esa calle llena de pozos y cascotes de Laferrere, fue atacada por cinco adolescentes que portaban armas de fuego.
Los delincuentes, de entre 14 y 16 años, se abalanzaron sobre la mujer a la que manosearon y le tiraron del cabello hasta que le pudieron sacar las llaves del rodado.
A continuación, la desesperada mamá, se colgó de una puerta trasera y pidió que le dejen bajar al nene que estaba atado en la silla de seguridad en el asiento trasero.
"Pará, pará que está mi hijo", gritó aterrada.
Los abuelos del nene, que regresaba del jardín de infantes, vieron la tremenda escena a través de una ventana de la casa y activaron el sistema de alarma vecinal. Los ladrones los detectaron desde la calle y les apuntaron con las pistolas para que no intervengan.
Segundos después que se disparó la ensordecedora sirena, la desesperada mujer liberó al hijo del cinturón de seguridad y lo sacó de la Sandero.
La información oficial detalló que la camioneta fue recuperada pocas horas después y a 600 metros de la Ruta provincial 1001, en la intersección de las calles Martín García Merou y El Torero. Además, personal de la Estación de Policía de La Matanza, demoró a dos sospechosos de 15 y 16 años, a quienes les habrían encontrado las llaves de la camioneta sustraída.
Los adolescentes fueron trasladados a sede policial y quedaron a disposición de la Justicia de Responsabilidad Juvenil de La Matanza.
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