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Bitácoras bonaerenses

Kicillof el inquebrantable: causas y consecuencias sobre el tablero político

Desde la intervención de su Gabinete, su reposicionamiento y el logro de volver a ser candidato en la Provincia, el Gobernador logró cumplir su trazado político, no sin despertar recelos adentro de Unión por la Patria.

12 jul 2023

Juan Alfaro (ALFA)

El cierre de listas quedó en el pasado, pero las secuelas aún resuenan en la comarca de Unión por la Patria. El dato que no tuvo mucha repercusión fue el triunfo de Axel Kicillof en lo que fueron sus objetivos para el cierre de listas. No es nada menor y será un factor de suma importancia para las tres campañas (PASO, Generales y Balotaje) y los hipotéticos escenarios que se configuren al calor de los resultados de las urnas. Tiempo de cambios.

Desde inicios del siglo XXI, el gobernador bonaerense de turno estuvo sujeto a las decisiones del poder central y porteño. Con más o menos autonomía, ofició de delegado de la Casa Rosada y su destino estuvo signado por los designios que se planificaban y pensaban en una órbita distinta a la bonaerense. Pero en este año tan particular, donde la reconfiguración del tablero político, el final de época y la “jubilación política” de Cristina Kirchner y Mauricio Macri, traen nuevas escenas de disputa de poder, el accionar de Kicillof fue al menos anecdótico o marca el principio de algo. Axel el rebelde.

Resistir en la Provincia

Desde mediados del 2022 se comenzó a escuchar sobre la posibilidad de una candidatura presidencial de Axel Kicillof. Nada nuevo sobre el tablero, Daniel Scioli y María Eugenia Vidal también tuvieron esa particularidad en sus determinados tiempos, pero al final, uno esperó su turno y la bendición de Cristina en 2015 y, la segunda amagó, pero finalmente se alineó a las directrices del poder central de Macri. El caso del actual Gobernador es distinto y particular. Con la figura de Alberto Fernández en permanente desgaste, en distintos despachos del ahora Unión por la Patria comenzaron a expandir esa idea, si es que –claro- Cristina no se presentaba como candidata a presidenta. Kicillof y su entorno más de confianza intentaron eludir las versiones y en el momento justo hasta se plantaron y operaron en contra de esa posibilidad. Las primeras pujas.

Esta vez no hubo orden ni imposición. Se sabe, Cristina fue parte de los acuerdos para llegar a la candidatura presidencial de Sergio Massa y dejó que Kicillof busque la reelección en la Provincia. No llamó nadie para decirle en qué lugar de la lista debía ir o si debía bajar su candidatura. Ella mismo lo dijo en público en el acto de Aeroparque del avión recuperado que fue utilizado para los “vuelos de la muerte” de la ESMA. Ese dato es fundamental para la resistencia y posterior triunfo de Kicillof. Desde que comenzó a sonar una posible candidatura presidencial, el mandatario bonaerense y su entorno solo repetían que esa posibilidad se iba a hace realidad “si es que Cristina se lo pedía”. La orden de la Jefa.

Cristina nunca se lo pidió u ordenó. Hubo charlas y se puso esa opción sobre la mesa, pero nunca hubo una orden directa. Máximo Kirchner, el principal motor de esa idea, se lo sugirió más de una vez, pero Kicillof, con astuta diplomacia, siempre esquivó la idea del líder de La Cámpora, con quién más de una vez tuvo desacuerdos internos. Hubo riñas, peleas, operaciones y hasta gritos entre ambos, pero no hubo una orden. Contrariamente, casi dos años atrás, Axel sí tuvo que acatar una orden. Tras los magros resultados de las PASO del 2021, el domingo 19 de septiembre Kicillof tuvo que hacer un viaje relámpago hasta las tierras lejanas de El Calafate, para escuchar en voz de Cristina que le iban a intervenir su Gabinete y Martín Insaurralde (aliado estratégico de Máximo Kirchner) nombrado como su nuevo Jefe de Gabinete, con la entrada de varios intendentes en lugares claves. El lunes siguiente la Gobernación era una desolación total. Kicillof y su entorno habían sufrido un golpe aún más duro que el registrado en las urnas. El cachetazo de la realidad.

Pero Kicillof remontó la situación, se reacomodó y fue recuperando el terreno perdido, aunque no todo. No echó a ninguno de esos ministros pertenecientes a su riñón político. Más allá de su Gabinete intervenido, los reubicó y hasta les creó ministerios nuevos. Es más, cambió un poco el chip. Siempre reticente a la “rosca política” bonaerense, decidió activar un poco el “hacer política” y comenzar a trazar su camino para la reelección. Antes del Mundial de Qatar, Axel y su equipo más cercano tenían sus primeros lineamientos para ese objetivo. Operativo Reelección.

De la resistencia a la ofensiva

En el verano 2023, después de unas cortas vacaciones, el Gobernador reunió a sus ministros de su riñón y les pidió salir a caminar el territorio. De allí que se gestó con fuerza la precandidatura a intendente de La Plata de Julio Alak (ministro de Justicia y DD.HH.), que al final, Kicillof pudo imponer por sobre los planes de La Cámpora de tener una nueva oportunidad con Florencia Saintout. Lo mismo sucedió con la precandidatura para la Vicegobernación. Axel quería que Verónica Magario vuelva a ser su compañera de fórmula. De hecho –adelantado- un mes antes del cierre de listas, en una de las cenas de la “Mesa de Ensenada”, la presentó como su candidata a vice. Más allá de que, con las listas formalizadas, en la Gobernación de Calle 6 sostengan que “nunca hubo discusión por la vice”, durante meses intendentes del Conurbano, La Cámpora y hasta el massismo dejaron correr la versión de que ese lugar podría ser ocupado por otro nombre. Los objetivos logrados.

El adelantamiento de Kicillof tuvo sus secuelas adentro del oficialismo. Más allá de las constantes presiones de Máximo por la candidatura presidencial y la reiterada negativa del Gobernador, el primer chispazo serio estalló en mayo con el lanzamiento de carteles “Axel 2023, Gobernador”, que promovió en sus redes el jefe de Asesores y mano derecha de Kicillof, Carlos Bianco. En los primeros días de junio -al calor del cierre de listas y las internas- el tema se picó. El mandatario bonaerense dijo sobre su candidatura en la Provincia que  “en principio la fórmula está cerrada”. Esto despertó el enojo de Máximo, quién por esas horas estaba en China junto a Massa y -según cuentan- llamó por teléfono a Kicillof y en no muy buenos términos lo increpó por sus declaraciones. Al día siguiente, el Gobernador tuvo que salir a aclarar sus dichos y corregir: “No hay fórmulas cerradas”. La interna bonaerense.

Dos datos importantes en todo este pantanoso terreno de la política bonaerense. La opción de desdoblar las elecciones generales en la Provincia, que Kicillof -bancado por los intendentes- puso sobre la mesa, se comenta que fue la presión definitiva para que Alberto Fernández decida no presentarse como candidato en busca de la reelección. El otro dato -esta vez sin los intendentes como aliados- es el rol activo que tuvo Kicillof para terminar de cerrar la candidatura de Massa, ante la desconfianza de varios sectores de Unión por la Patria con la candidatura de Eduardo “Wado” De Pedro y su poder de tracción de votos, el lanzamiento de Daniel Scioli y la amenaza de que los alcaldes del Conurbano podrían desplegar su “juego propio”, ante un escenario de PASO. Son varias las voces que aseguran que el Gobernador estuvo muy activo impulsando la candidatura de unidad del líder del Frente Renovador, incluso, ante la propia Crisitina. La diplomacia bonaerense.

El análisis de los resultados

Los resultados para la aventura de Kicillof son variados. Logró repetir fórmula para pelear por la Gobernación, ubicó a uno de los suyos como candidato del segundo distrito más importante de la Provincia. Con Magario al lado, cuenta con el apoyo de Fernando Espinoza, mandamás del distrito bonaerense más importante. Por el otro lado, Axel no pudo anotar un solo candidato o candidata para la Legislatura bonaerense.  A diferencia de Vidal, Kicillof no logró ubicar nombres propios en las listas. “Mariú”, aún desde las tierras porteñas y otrora “orgullosamente bonaerense”, pudo colar nombres propios en las listas bonaerenses y nacionales. Solo en Diputados hay dos legisladores “kicillofistas”, el veterano Carlos “Cuto” Moreno y la platense Lucía Iañez, con mandatos hasta el 2025. En Calle 6 repiten que “nunca fue la idea formar el axelismo o kicillofismo”, pero la realidad es que un Gobernador tiene que tener tropa propia en la Legislatura de su Provincia. Análisis del tablero.

Kicillof el inquebrantable se convirtió en una pieza fundamental de Unión por la Patria. Se viene un escenario donde las posturas de cada uno darán o no la razón. En la perinola de la política, su destino es variado. Puede ganar la Provincia y ver que el oficialismo pierde Nación. O que se ganen en los dos escenarios, como también perder en los dos escenarios o, el más catastrófico para él, que se gane en Nación y se pierda la Gobernación. De todos modos, Axel hoy es el candidato con más chances de ganar la elección y eso también pone un peso extra para su andar. Tendrá que traccionar -para arriba y para abajo- todos los votos que dejen tranquilos a sus aliados en Unión por la Patria. El repliegue del kirchnerismo duro en la Provincia de Buenos Aires no es ninguna novedad, el armado de listas es una muestra. ¿Si Kicillof logra la reelección, cómo armará su Gabinete? ¿Mantendrá la estructura compartida con la alianza Máximo-Insaurralde? ¿Kicillof es uno de los herederos de Cristina junto a Máximo Kirchner y Wado de Pedro? Son preguntas que parecen lejanas, pero que más de uno se hizo desde el momento en que se firmaron la listas de este 2023.

Por Juan Alfaro (ALFA) | Director de Cronos Noticias

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