En un contexto económico de crisis, donde las medidas de fuerza de los gremios se agrandan, la inflación continúa en alza y los sueldos no reciben actualizaciones, los adultos mayores no se salvan y también sufren las consecuencias.
En el informe realizado por CEPA arroja resultados graves. Durante los últimos 3 años y medio de gestión, la jubilación mínima ascendió a 10.410 pesos, representando un 172 por ciento más que durante la anterior administración, sin embargo, la inflación durante este período alcanza el 257 por ciento.
Las subas más grandes dentro de los medicamentos se presentaron en los dedicados a tratar enfermedades cardiovasculares, los cuales vieron modificado su costo en más de 500 por ciento.
Desde las entidades encargadas de relevar los datos (CEPA, CEPPEA y ALGEC), aseguraron: “Al quitar el PAMI y el Remediar, la limitación de la entrega gratuita de medicamentos puso en grave riesgo no sólo la salud de las personas mayores, sino también la calidad de vida de aquellas que presentan patologías crónicas.”
En la misma sintonía, desde CEPA señalaron: “A esto se le suma el hecho de que PAMI modificó la Resolución 005 dejando de entregar la medicación crónica gratuita a los 2 millones de afiliados y para acceder a la misma se exige cumplir una serie de requisitos restrictivos. Esta situación produce que las personas mayores dejen de consumir su medicación o lo hagan de manera limitada en virtud del ahorro económico en medicamentos”.
La canasta básica para la nutrición de adultos mayores en tanto, se vio modificada en un porcentaje superior al 300 por ciento. En ninguno de los últimos 3 años la jubilación se vio por encima de la línea inflacionaria, dejando como saldo en los últimos meses la pérdida de 1800 pesos por mes.