El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Pedro Scarpinelli, brindó mas detalles sobre el episodio que protagonizó el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos “Carli” Bianco, quien el último fin de semana se negó a realizar una prueba de alcoholemia en la autopista Buenos Aires-La Plata, por lo que retuvieron su licencia.
Scarpinelli aseguró que si Bianco llegó a la instancia del alcoholímetro, fue porque previamente el alómetro detectó alcohol en el aliento.
“El alómetro es la primera prueba. Si se llega al alcoholímetro, es porque ya hubo una detección positiva previa. Eso es un hecho”, señaló Scarpinelli al confirmar que Bianco, había bebido alcohol antes de ser interceptado en un control vial el domingo a la madrugada, en el peaje de Dock Sud, en la autopista Buenos Aires-La Plata.
El funcionario explicó que el alómetro, que no requiere pipeta, sirve como filtro rápido. Si no hay presencia de alcohol, el conductor sigue su camino. Pero si da positivo, se activa el alcoholímetro, que mide con precisión la cantidad de alcohol en sangre.

En este caso, Bianco se negó a soplar, y por la normativa de alcohol cero vigente en la provincia, eso se interpreta como resultado positivo.
Scarpinelli también detalló que la prueba con alómetro no queda registrada formalmente: “Es una herramienta operativa, no genera documento. El acta se hace después del alcoholímetro o, como en este caso, ante la negativa”.
Pero más allá de la negativa al control, al director de Seguridad Vial le llamó la atención otra actitud del ministro: Bianco pidió que un empleado de Aubasa lo llevara a su casa.
“La ley lo permite, pero es una situación muy extraña”, lanzó. Incluso reveló que otro vehículo los escoltó, para que los empleados pudieran volver al operativo. “Eran trabajadores afectados al control. Esto implica una falta de recursos”, advirtió.
El auto oficial que conducía Bianco, además, acumula 86 infracciones y más de 10 millones de pesos en multas impagas.

En su defensa, Bianco aseguró que no se negó al test por haber bebido, sino porque había personas filmándolo y no estaban identificadas. “Le dije que no tengo nada que ocultar, pero en estas condiciones no lo hago”, explicó. Insistió en que actuó “dentro de la ley” y negó haber intentado evadir el control. También cuestionó que lo llamaran “ministro” sin haberse presentado como tal.
En respuesta a esto, Scarpinelli aclaró que, una vez que se pasa del alómetro al alcoholímetro, se graba en video por pedido de la Justicia. Sobre los saludos como “ministro”, reconoció que “puede ser”.
Sin embargó, el director de la Agencia lo graficó claramente: “Imagínense el revuelo que se armó en el peaje cuando se dieron cuenta de quién era”, cerró.