Un chofer que trabaja en la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) denunció que es víctima de presuntas amenazas, persecuciones laborales y represalias internas.
El motivo sería “exponer” diversas irregularidades dentro del organismo bonaerense y haber dado a conocer su posicionamiento político.
Dicho trabajador expresó, en declaraciones al portal Diputados Bonaerenses, que su señalamiento dentro del organismo habría comenzado en 2017, con el la denuncia de que varios trabajadores de ARBA no registrarían correctamente sus propiedades, las cuales -según contó- figuraban como terrenos baldíos, para así “evadir impuestos”.
Además, el chofer mencionó que ARBA habría estado malversando viáticos en comisiones destinadas a viajes al Interior de la Provincia de Buenos Aires que, en teoría figuraban como varios días, pero los traslados se resolvían en la misma jornada. El denunciante dijo que los empleados cobraban viáticos completos por horas que supuestamente no cumplían.

Además, según el medio citado, el denunciante contó explicó que intentó contactarse con el titular de ARBA, Christian Girard mediante un correo electrónico para advertir las irregularidades.
Sin embargo, no tuvo respuesta, pese a que el Código de Ética del organismo tiene un apartado para denunciar accionares de este tipo.
En esa línea, el trabajador explicó que a partir de ese momento, sufrió “represalías”: le retiraron los viajes de los sábados y lo asignaron a oficinas con horarios cambiantes, sin previo aviso y sin posibilidad de organizar su jornada laboral. “Para mí fue un castigo. Nunca me lo dijeron de manera directa, pero me lo hicieron sentir. Por eso pedí reuniones con los gremios, con gerentes y delegados, pero siempre me dieron un no rotundo”, explicó el trabajador de ARBA.
Además, denunció más represalias como ser convocado a una junta médica donde le exigieron estudios psicológicos, psiquiátricos, cardiológicos y toxicológicos. El denunciante aseguró ser el único chofer de ARBA que tiene esos estudios actualizados. “Me trataron como si fuera un delincuente o un adicto. No veo otra explicación que no sea la persecución política”, denunció.
El trabajador dijo: “Me dijeron que me iban a enseñar a callarme la boca entre cinco o seis compañeros. Yo estoy bloqueado en la página de ARBA y en las redes de Girard, pero voy a seguir denunciando todo esto. Los empleados que tienen sus casas declaradas como baldíos siguen igual, nadie hace nada”.