El último viernes una mujer y un grupo de amigos que estaba reunido en un centro recreativo municipal, sumaron sus nombres a la interminable lista de víctimas de la inseguridad.
Alrededor de las 18:30 y cuando llegaba a su domicilio en Ciudad Evita, una mujer fue sorprendida por cinco delincuentes que se movilizaban en un Ford Ka que se presume era robado.
La víctima estacionó en la puerta de la casa e instantes después fue abordada por cuatro malvivientes que rodearon el VW Gol y la amenazaron con un arma de fuego. La mujer no se resistió, descendió del rodado y se alejó a la carrera antes que le pudieran quitar la cartera.
Algunas horas después que realizó la denuncia policial, recibió el aviso que habían abandonado el automóvil y que estaba destruido por un choque.
Esta mujer, le confirmaron a CRONOS, no es el primer hecho de inseguridad que le toco padecer. En la madrugada del martes 26 de noviembre una banda que se especializa en realizar robos a la propiedad de adultos mayores, irrumpió en la casa de la madre pero desistió cuando un vecino activó la alarma vecinal.
Pocas horas después y a solo un kilometro de distancia, la organización delictiva robó en el domicilio de otra mujer (Ver Entradera a jubiladas)
El segundo hecho, primero en orden cronológico, sucedió algunas horas antes, cerca de las 2:15.
Cuatro rateros que se movilizaban en un Peugeot 208, observaron a un grupo de jóvenes que estaba reunido en la Plaza Vecinal ubicada en la calle Silvia Toledo, luego de jugar un partido de fútbol en las canchas del centro deportivo.
Los sujetos estacionaron sobre la calle El Caldén y caminaron 100 metros para sorprender a los amigos que fueron rodeados, amenazados con armas y despojados de las pertenencias.
Pocos segundos después los indignados muchachos observaron a los impunes rastreros escapar del lugar.