Previo a la sesión fallida, los diputados del oficialismo y la oposición estuvieron reunidos por varias horas con el objetivo de alcanzar un acuerdo que permita aprobar el Presupuesto, la Ley Fiscal Impositiva y el pedido de endeudamiento para el 2025. Sin embargo, las múltiples reformas sugeridas por los bloques opositores causaron el enojo del gobernador Axel Kicillof, que terminó tirando abajo la sesión en el Senado bonaerense.
Según pudo reconstruir CRONOS, la intención de los diputados era conformar una Ley de Leyes “nueva” con varias reformas al proyecto enviado por el gobierno bonaerense. El consenso alcanzado se debió a las presiones de los diferentes sectores internos del oficialismo y a las demandas de la oposición.
Uno de las principales modificaciones que planteó la oposición era la modificación del artículo 163 para que Kicillof no pueda aumentar las alícuotas de manera discrecional sin necesidad de pasar por la Legislatura, y la equiparación de los valores de las mismas entre el Inmobiliario Rural (se quita la suba del 5%) con el Inmobiliario Urbano.
En ese sentido, se buscaba también eliminar el Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal y reemplazarlo por un aumento del 1% en concepto de coparticipación para los municipios (los intendentes oficialistas hablaban de unos $400.000 millones), y además crear un fondo para Seguridad por $200.000 millones.
Asimismo, los intendentes peronistas fueron a presionar a Dichiara en busca de que establecer el 5% de aumento en Ingresos Brutos para las actividades portuarias se coparticipara entre municipios que tienen puerto o cercanía con ellos. De esta manera, se verían beneficiados los camporistas Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez (Lanús), quienes reclamaron una compensación por el daño que produce el tránsito de camiones que ingresan o salen del puerto de Dock Sud, ubicado en Avellaneda.
También, los alcaldes radicales con Miguel Fernández a la cabeza presionaron por más fondos para los municipios. No obstante, fuentes cercanas a Gobernación explicaron que la modificación que terminó por enfurecer a Kicillof fue la autarquía del IOMA, que implicaría que la obra social podrá disponer del uso de fondos sin que ingresen antes a la Tesorería General de la Provincia.
De esta forma, agobiado por los cambios planteados al Presupuesto y Fiscal Impositiva, el gobernador bonaerense cazó el teléfono y le pidió a la vicegobernadora Verónica Magario que no se avance con el tratamiento en el Senado y que el recinto quede cerrado.