La sanción de la Boleta Única de Papel en el Congreso de la Nación resultó un fuerte dolor de cabeza para el gobierno de la provincia de Buenos Aires que lidera Axel Kicillof. En ese sentido, desde La Plata analizan dos opciones para votar en 2025 donde el desdoblamiento presenta una pequeña ventaja.
Según pudo saber CRONOS, la reforma electoral que se sancionó para elegir los cargos nacionales nunca llegó a ganar adhesión por parte del gobierno bonaerense. “Ha habido un cambio intempestivo, involuntario para nosotros, al que nos hemos opuesto y que es determinante y complejo y complicado para la provincia de Buenos Aires”, señaló el mandatario provincial en la conferencia de prensa de este lunes.
En ese marco, fuentes cercanas a los bloques opositores en la Legislatura afirman que el proyecto de la Boleta Única, presentado hace algunos meses, podría ser una moneda de cambio para que el gobernador Kicillof tenga aprobado tanto el Presupuesto 2025 como la Ley Fiscal Impositiva.
La novedad que resultó favorable para el mandatario bonaerense es que La Cámpora y el Frente Renovador han bajado el pulgar para que se implemente la Boleta Única en el territorio provincial. Por tanto, la aprobación del proyecto en las Cámaras Legislativas podría correr peligro para la oposición.
No obstante, el gobernador viene estudiando dos posibilidades para los comicios del 2025, con una de ellas que viene tomando fuerza con el correr de las semanas: el desdoblamiento. Sin embargo, es consciente que antes debe modificar la Ley N°14.086, que es la Ley de Primarias de la provincia de Buenos Aires.
Asimismo, desde La Plata dan por sentado que se harán cargo de la logística electoral en su totalidad, sobre todo, si hay un desdoblamiento en la fecha de los comicios. En caso de que sea una elección concurrente, habrá dos urnas en cada mesa y las autoridades de mesa serían las mismas para todas las categorías.
De igual forma, la oposición bonaerense no se da por vencida y apuesta a que el proyecto de la reforma electoral se trate antes de que termine el 2024. Si bien está difícil, la necesidad de Kicillof de que se apruebe el Presupuesto lo podría hacer cambiar de opinión en las próximas semanas.