viernes 14 de febrero de 2025 - Edición Nº3060
Cronos Noticias » Policiales » 11 nov 2024 06:50

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El Conurbano está rodillas por jóvenes y violentos criminales que no tienen piedad ni remordimientos

Roban automóviles cuando tienen ocupantes y a punta de pistola les arrebatan las llaves. Durante los asaltos no dudan en encañonar a niños.


  • El Conurbano está rodillas por jóvenes y violentos criminales que no tienen piedad ni remordimientos

La provincia de Buenos Aires vive sus horas más críticas en materia de seguridad. Sin un plan para combatir el delito, con personal escaso y recursos insuficientes, los ciudadanos están indefensos y solo les queda rezar a alguna divinidad para no ser la nueva víctima que engrose las lamentables estadísticas que, de manera habitual, se conocen con largos y llamativos retrasos.

Un duro ejemplo de la dramática situación que viven a diario los habitantes, o circunstanciales visitantes del Conurbano, es el accionar de los motochorros. Estos delincuentes se mueven con impunidad en vehículos robados, con orden de secuestro, y la mayoría de las veces sin patentes colocadas, sin llamar la atención de dormidos efectivos policiales que no los ven o les permiten hacer.

Pero lo peor es que la sociedad parece que naturalizó o se acostumbró a convivir con estas lacras y a invocar deidades para que no la maten.

Además de las bandas de jóvenes que realizan brutales robos nocturnos en domicilios, en los últimos meses asomaron otras que se dedican a interceptar automovilistas y dejarlos a pie a punta de pistola.

Estos grupos, de entre tres y seis integrantes, no dudan si tienen que disparar y matar.

En la tarde del sábado, cerca de las 18, una de estas bandas que se mueven en la zona oeste del Conurbano atacó a una familia en San Justo. Los cuatro violentos se movilizaban en lo que se presume era un VW Passat robado con el que bloquearon a una mujer, que estaba acompañada por tres niños que viajaban en los asientos traseros, cuando salía del garaje de su vivienda ubicado sobre la calle Lartigau.

El ataque

La conductora aguardaba a su pareja que llegó momentos después y el robo, que transcurrió en 30 segundos, comenzó cuando el hombre iba a abordar el vehículo.

El Passat de los delincuentes se detuvo de manera sorpresiva en medio de la calzada y detrás del auto de las víctimas para impedirles la huida. A continuación tres de los violentos, dos de ellos exhibiendo pistolas, se abalanzaron sobre el hombre y la mujer que permanecía en el auto estacionado en la acera.

Al primero uno de los sujetos le apuntó a la cabeza, le exigió las pertenencias y lo bolsiqueó. Los otros dos corrieron hasta la posición de la conductora y la amenazaron para que les abra las puertas. La pareja no se resistió, les entregó todo, solo les pidió que le permitan sacar a los niños, dos nenes de 8 y 10 años, y una nena de 7.

Las criaturas estaban aterradas, corrieron a la vereda y se tomaron de la mano sin dejar de mirar a los salvajes encapuchados que encañonaban a los padres.

Instantes después, cuando maniobraban para escapar con el auto familiar, el delincuente que viajaba en el asiento del acompañante continuó apuntando y amenazando a la pareja a través de la ventanilla.

La terrible foto del final fue cuando uno de los nenes, desesperado, intentó trepar la reja de la casa en busca de refugio.

Los violentos escaparon con los dos autos y se mantienen prófugos. La pregunta es si alguien los busca: los asesinos del gendarme Guillermo Franco, ultimado con siete balazos el último jueves en El Palomar, continúan en libertad.

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