Los innumerables asaltos que protagonizan delincuentes en moto, hacen que las atractivas campañas publicitarias sobre seguridad que despliegan los Intendentes de Quilmes y Avellaneda, Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi, sean difíciles de creer.
Los vecinos no esperan que los delitos desaparezcan en 24 horas, pero reclaman que la policía haga tareas preventivas.
"Dos tipos que no usan casco y viajan en una moto sin patente deben ser parados por infracciones a la ley de tránsito, pero los motochorros pasan por el costado de las patrullas y ni siquiera los detienen para que muestren los papeles del vehículo. Así no podemos esperar que la situación cambie y que se acabe la impunidad de estos ladrones", aseguró José.
En los últimos días dos mujeres padecieron dos asaltos con esta modalidad y los hechos quedaron registrados por cámaras de vigilancia privadas.
Bernal, partido de Quilmes
En la tarde de este lunes, cerca de las 18:30, una joven que caminaba hacia su domicilio por la calle Almafuerte, fue atacada por tres delincuentes que viajaban en dos motos.
La víctima llevaba unas bolsas con fruta recién comprada y fue interceptada por uno de los maleantes que se arrojó del vehículo en movimiento. La mujer intentó correr, forcejeó con el ratero y cayó al pavimento.
El cobarde amagó con seguir con el asalto pero los gritos de la joven lo obligaron a desistir y escapar con los cómplices en sentido a la Autopista Buenos Aires-La Plata.
Una vecina afirmó que se escuchó una detonación que podría haber sido un disparo.
"En esta zona de Bernal los asaltos son a toda hora, estamos cerca de la Universidad de Quilmes. Roban y escapan por alguna de las avenidas pero vuelven un rato después", indicó José.
Crucecita, Avellaneda
Dos delincuentes que circulaban en una moto sin patentes y con la cara descubierta, llegaron en contramano y atacaron a Mariela sobre la calle Vicente López, a pocas cuadras de la céntrica Av. Mitre.
La mujer regresaba de trabajar, a las 18:30, cuando fue sorprendida por un sujeto que la amenazó con un arma y le exigió que le entregue las pertenencias.
Como un acto reflejo la víctima hizo un movimiento para resistir, idea que se diluyó por la violencia del delincuente que le sacó la mochila donde tenía diversos elementos de valor, la billetera y los documentos personales.
Instantes después los rastreros fugaron en sentido a Villa Tranquila.