Oswaldo es un ciudadano venezolano que llegó y se afincó en Argentina en soledad. Trabaja en un bazar del barrio de Monte Castro y hace algunas semanas fue víctima de una ratera que le sustrajo un teléfono, pero el perjuicio fue más que económico.
"Perdió la comunicación con toda la familia que vive en Venezuela, en ese dispositivo tenía la la agenda y era el único medio con el que disponía para contactarlos. Además perdió fotos y recuerdos muy importantes", le aseguró a CRONOS la pareja de la víctima.
En el mediodía del 24 de mayo dos mujeres ingresaron al Bazar Laikin, ubicado en la calle Álvarez Jonte al 5100, eligieron algunos artículos y cuando esperaban para abonar la compra comenzó la acción.
La joven detectó un teléfono celular que los encargados dejaron sobre el mostrador mientras le cargaban la batería y que estaba tapado por un monitor de computadora. Así fue que la ocasión hizo a la ladrona.
Miró a su alrededor y segura de que nadie le prestaba atención desconectó el aparato. Luego de aguardar unos instantes y que una clienta se aleje, con su teléfono como cobertura manoteó el dispositivo ajeno y lo escondió en el bolsillo del abrigo.
La víctima comprendió lo que había ocurrido cuando observó las imágenes registradas por las cámaras de vigilancia del bazar y de inmediato realizó la denuncia policial.
Comerciantes de la zona le aseguraron a CRONOS que la ratera es la encargada o propietaria de una peluquería de la zona y la identificaron como Y.M.
"A mi novio le confirmaron que después del robo la vieron dos o tres veces cuando hacía compras en locales cercano, pero al bazar no regresó. Ojalá recapacite, lo que hizo no está bien y provocó un daño muy grande que no pasa por lo económico", destacó la pareja de Oswaldo.