En las últimas horas, el gobierno de la provincia de Buenos Aires salió a manifestar su preocupación por la medida tomada por Nación que decidió transferir el Servicio Alimentario Escolar (SAE) a la órbita de Educación por lo que se demora la asistencia a las provincias.
En esa línea, Andrés Larroque explicó que la decisión tomada por el gobierno de Javier Milei “implica empezar una nueva articulación”. Por tanto, destacó que las transferencias “llegarían recién dentro de 2 o 3 meses, a más de la mitad de iniciado el ciclo lectivo”.
Consultado sobre la medida, el ministro de Desarrollo de la Comunidad señaló que la medida tomada es “unilateral e intempestiva” que pone en jaque el funcionamiento del programa en todo el país. Igualmente, resaltó el esfuerzo realizado por el gobierno bonaerense, a cargo de Axel Kicillof, que continúa “absorbiendo competencias y obligaciones que son propias del gobierno nacional”.
“Hoy nos enteramos que tomaron la resolución de cambiar el programa nacional del Servicio Alimentario Escolar y pasarlo de la Secretaría de Desarrollo Social a la Secretaría de Educación, con lo cual ya se perdieron cuatro meses y esto burocráticamente hace que tardemos dos meses más en que esa asistencia, aunque pobre y escasa, llegue a las provincias”, argumentó más tarde.
Asimismo, el funcionario provincial señaló que la inversión realizada en Provincia llega en la actualidad a 2.400.000 chicos bonaerenses y cuestionó el dinero transferido por Nación, que otorga “menos recursos de lo que nosotros invertimos en un mes” ($47 mil millones anuales contra $52 mil millones mensuales).
Consultado por el diálogo entre Provincia y Nación, Larroque explicó que desde hace cuatro meses han intentado reunirse con Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, aunque no tuvieron éxito en coordinar un encuentro.
Finalmente, el ministro de Kicillof confirmó que la medida tomada por Milei retrasará el envío de transferencias y el proceso administrativo al menos entre 2 o 3 meses. De esa forma, la situación recién podría normalizarse a mediados de año, cuando esté transitada más de la mitad del ciclo lectivo.