Desde hace algunas semanas, Santiago Passaglia viene siendo noticia en la provincia de Buenos Aires por su doble cargo: intendente y diputado provincial. Si bien asumió el control de San Nicolás en diciembre, nunca presentó su renuncia a la Legislatura bonaerense y encontró una serie de recursos que le permiten seguir en la misma situación hasta el 1 de marzo.
Previo a jurar como alcalde de la localidad nicoleña, había solicitado una licencia en su cargo como diputado. No obstante, se negó más tarde a dejar su banca legislativa en poder de quien figuró como su suplente en 2021, la radical María Belén Malaisi.

Con la intención de que se respetara la paridad de género, Passaglia exigía que ingresara en su lugar un hombre de su espacio político (Ignacio Mateucci). No obstante, la reglamentación supone géneros intercalados en la integración de las nóminas, no así en la conformación posterior del cuerpo.
Por tanto, el político bonaerense pidió una licencia ordinaria en Diputados por espacio de 30 días, aunque finalmente le concedieron una sola semana.
Amparado en el reglamento de la Legislatura, el intendente de San Nicolás pidió licencia el mismo día en el que se llevó la última sesión del 2023. De esta forma, evitó renovar la licencia y retornó al municipio hasta el 1 de marzo, cuando se inicie el período legislativo 2024.
Cabe señalar que el intendente bonaerense no percibe ambos sueldos, ya que está prohibido por el Tribunal de Cuentas de la Provincia.
En el mes de marzo, Passaglia contará con dos opciones: solicitar la licencia extraordinaria en Diputados y marcharse a su distrito o hacer todo lo contrario. De acuerdo a lo trascendido en los medios, la última opción pareciera la menos viable para el nicoleño.