La tragedia sobrevoló La Matanza durante un violento hecho de inseguridad que ocurrió el último miércoles en González Catán: una nena de seis años, por centímetros, no fue aplastada por los delincuentes que le robaron el auto a la mamá.
"En la piernita tiene las marcas de la rueda", le contó Leila a CRONOS.
El tremendo hecho ocurrió en la esquina de las calles Juan Bustos e Hidalgo, cuando la mujer se detuvo para que Gilberto, su papá, recoja unos yuyos para los conejos que cría.
En ese momento apareció un Chevrolet Celta color negro que se detuvo a los pocos metros y del que descendieron tres jóvenes delincuentes. Uno de los sujetos abordó el Peugeot 308 por la puerta del acompañante, los otros dos amenazaron, golpearon y tironearon de la mujer para que descienda.
En ese momento Gilberto corrió hacia el vehículo para sacar a la nieta y no pudo abrir la puerta trasera izquierda, pero la desesperada nena reaccionó con celeridad, salió por el otro lado y cayó al pavimento.
Leila en un primer momento no se resistió e intentó bajar del auto pero uno de sus pies quedó enganchado entre los pedales.
"Los vecinos que escucharon mis gritos salieron a la calle para que los ladrones se vayan. Esto me hizo cambiar de opinión y me agarre del volante sin darme cuenta que otro había subido por la puerta del acompañante", relató la víctima.
El delincuente ocupó la posición del conductor y aceleró el Peugeot para deshacerse de la mujer que cayó en medio de la calle. Al mismo tiempo, con la rueda trasera, rozó una pierna de la nena que aún estaba tirada junto al vehículo.
Los sujetos escaparon por la calle Hidalgo y los vecinos aseguran haber visto el auto sustraído en el cercano barrio San Enrique, también de González Catán.
"Además me sacaron una riñonera en la que tenía todos los documentos, míos y de mis tres hijos, las tarjetas de débito y crédito, y el teléfono celular", detalló Leila. "Me pegaron mucho y mi nena tiene la marca de la rueda en la piernita, mi papá los corrió unos metros pero a él no le hicieron nada", agregó.