“El balotaje en la Provincia es el 22 de octubre. El adversario a vencer es el kirchnerismo. Por eso no podemos permitir que Axel Kicillof y La Cámpora se refugien en la Provincia, aprovechando la división que existe en la oposición”, señalan constantemente desde los laboratorios provinciales de Juntos por el Cambio (JxC).
Hace rato que se advierte dicha maniobra electoral. Por un lado el gobernador -plenamente involucrado en la jugada del kirchnerismo duro de preservar Buenos Aires ante una posible derrota nacional de Unión por la Patria (UxP)- sabe de las dificultades que el Estado provincial puede padecer sin la asistencia económica de la Casa Rosada.
Por otro, la estrategia de Cristina Kirchner de apuntalar el sueño reeleccionista de Kicillof pareciera estar más vinculada con cierta especulación para conseguir un mayor espacio de repliegue de sus tropas en la estructura institucional de la Provincia.
“Hay sectores que se dedican a seguir haciendo promesas vacías: ahora hablan de dolarización y ajuste. A la dinamita le contestamos con 180 nuevos edificios escolares inaugurados desde el inicio de la gestión. Esto no se hace con motosierra, se hace con mucho esfuerzo y dedicación”, resalta Kicillof, reposado en el plan de obra pública.
Mientras tanto, el mandatario sigue con anuncios positivos para contrastar con las propuestas económicas de sus oponentes de JxC y La Libertad Avanza (LLA), quienes anticipan que, en el caso de llegar a la gobernación, pretenden ajustar el gasto público en distintos organismos ministeriales o ponerle cerradura a empresas públicas que son “deficitarias” como, por ejemplo, el Astillero Río Santiago, según anticipan.
En paralelo, no pocos referentes del oficialismo legislativo tienen dudas sobre la “estabilidad emocional” de Javier Milei, el candidato más votado en las PASO, para gobernar un país tan complejo desde cualquier perspectiva económica y social. También se preguntan cuánto filo tendrá la motosierra con la que el libertario propone practicar ajuste y cierre de compañías estatales.
Kicillof busca la temática discursiva para enfrentar a Milei ante un electorado bonaerense escéptico con la situación económica. Es que la irrupción del economista liberal trastoca todo el escenario político.
En paralelo y mientras continúa con su agenda semanal de inaugurar obras en municipios, el gobernador también “atendió” a Patricia Bullrich, luego de que esta manifestara sus deseos de “desterrar” al kirchnerismo para siempre. En esa línea, Kicillof advirtió que los líderes de JxC “vuelven todo el tiempo a esa idea de erradicar, liquidar y exterminar, y es gravísimo desde el punto de vista político y democrático porque fortalecen los discursos de odio”.
Desde hace unos días cuando Sergio Massa descolocó a la oposición con nuevas medidas de impacto positivo de bolsillo (Ganancias e IVA) demostrando centralidad política y que el PJ está creciendo electoralmente, empezaron a llover “operetas mediáticas”, señalan en las diagonales, donde en líneas generales creen que a la mesa política del PRO le está faltando encontrar la senda de la autocrítica.
La estrategia del oficialismo pasa por consolidar la diferencia en votos de Kicillof en la Provincia -de acuerdo al resultado de las primarias de agosto- y con ese envión electoral permitirle a Massa ingresar al balotaje presidencial.
Sobre esa lógica matemática se reunió el Consejo del PJ bonaerense en La Plata, tras la reaparición después de un buen tiempo del líder de “La Cámpora” Máximo Kirchner, en su doble rol de conductor del peronismo por portación de apellido. "Votar a Massa es ir para adelante. Hoy la oposición es un desorden constante, no tienen propuestas, solo dicen que vienen a ajustar y a desinvertir”, afirmaron en el encuentro.
La elección bonaerense sigue con pocas luces ante la cada vez más nacionalizada discusión político- económica.
En JxC mantienen las esperanzas de ganar la Provincia. Creen estar lejos del techo que puede alcanzar la dupla de Patricia Bullrich y Néstor Grindetti en octubre y prevén una mutación de votos de la aspirante a gobernadora de La Libertad Avanza, Carolina Píparo, hacia la boleta de la coalición amarilla.
En tierras bonaerenses, la fórmula de Grindetti y el radical Miguel Fernández apuesta al “voto útil” para sostener los números globales de la alianza opositora, mejorar en algunos distritos para disputarle la botonera gubernamental a Kicillof y, por otro lado, contribuir a que Bullrich pueda meterse en segunda vuelta presidencial.
Días atrás, intendentes y legisladores de JxC salieron a reclamar que la Provincia acelere los procesos para abonar los desembolsos pendientes para municipios.
Aseguran que la deuda de caja bonaerense con los municipios “asciende a miles de millones de pesos” en los programas de Municipios a la Obra, Fondo de Seguridad y la compensación del CUD entre otras deudas”.
“Kicillof dice que no hay discriminación por el color político de los intendentes, pero con los atrasos en los pagos sigue asfixiando financieramente a los municipios en los que gobierna Juntos”, se quejan desde la fuerza opositora.
La respuesta institucional probablemente germine en alguna de las caras visibles del Ejecutivo: el jefe de Asesores, Carlos Bianco; la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, su par de Hacienda y Finanzas, Pablo López, o del Jefe de Gabinete, Martín Insaurralde.
Por Ricardo Salas
Fuente: lanueva.com