El resultado de las PASO pudo haberle dado un “baldazo de realidad” al intendente PRO de Olavarría, Ezequiel Galli, y sin duda expuso la fuerte crisis política de un gobierno municipal que se muestra cada vez más desgastado por los diversos escándalos y las acumuladas denuncias de corrupción.
Galli quedó en tercer lugar entre los candidatos más votados y, con apenas 12 mil votos propios, quedó detrás del candidato del peronismo, Maximiliano Wesner y la representante libertaria Celeste Arouxet. Ahora, el jefe comunal se agarra fuerte de la esperanza de recuperarse y competir gracias al voto global de Juntos por el Cambio.

Este jueves la renuncia de Diego Robbiani, secretario de Desarrollo Humano y Calidad de Vida, dio la prueba cabal de los problemas dentro de la gestión municipal, ya que se trata de uno de los dirigentes más emblemáticos del gabinete de Galli desde el inicio de su gestión. En los últimos dos años, el abogado quedó salpicado por numerosas denuncias y escándalos de corrupción.
A través de una carta de despedida, Robbiani agradeció al intendente, a su equipo, y afirmó que “lo colectivo debe estar por encima de lo personal y es momento de confirmarlo con hechos”.
“Durante 8 años fui Secretario de Desarrollo Humano y Calidad de Vida del Municipio de Olavarría, cada mañana, tarde y noche fueron dedicadas a cumplir con mi labor. Una actividad de 24 horas que requiere de enorme esfuerzo, y que, en cada segundo, realicé con planificación, pasión, honestidad y resultados”, destacó.
Uno por uno: los escándalos que giran en torno a Diego Robbiani
Es importante remarcar los hechos que anteceden a la renuncia del dirigente. En el año 2022, se vio envuelto en una denuncia judicial por estafas reiteradas activadas a través de la venta ilegal de terrenos en el Municipio.
El escándalo se destapó cuando salieron a la luz una serie de denuncias realizadas por vecinos que fueron víctimas del engaño. Los damnificados, entregaron importantes sumas de dinero como parte de los trámites iniciales para la compra de terrenos privados y fiscales.
En la operatoria, siempre aparecía un mismo interlocutor, identificado como Claudio Ariel Peralta, que se como un dirigente barrial con amplia llegada a funcionarios municipales del gobierno del intendente Ezequiel Galli y mostraba una red de contactos con una escribanía en la que se iniciaban los trámites. El sujeto contaba con información clave sobre la ubicación y los números de matrícula de los terrenos.
Las investigaciones derivaron en la imputación penal a Mariano Ciancio, un dirigente barrial que se sumó a la gestión del intendente Ezequiel Galli como Asesor Municipal en la secretaría de Desarrollo Humano y Calidad de Vida que conducía Robbiani.

Otro de los casos que lo dejó mal parado fue el escándalo de las “tarjetas Cabal”. En marzo de 2023, empleados municipales expusieron un presunto “uso indebido” de vales por mercadería y las tarjetas alimentarias, el sistema de ayuda social digitalizado que ideó la gestión del intendente Galli, para reemplazar a la antigua bolsa alimentaria.
Las irregularidades apuntaron hacia la Subsecretaría de Desarrollo Social, a cargo de Silvana Rosales, una funcionaria de Galli que asumió en 2016 y que reportaba directamente a Robbiani. Aunque el funcionario se desconoció de la operatoria e inició un sumario interno, el caso lo salpicó directamente.
A esos episodios pueden sumarse otros de relevancia pública, como el conflicto desatado con la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº 2 (ex Escuela Industrial) por la propiedad de unos terrenos linderos al establecimiento. El municipio había quitado el alambrado colocado por el colegio para delimitar un lote que rodea al edificio escolar para avanzar en un Parque, una medida que surgió desde la cartera de Desarrollo Humano y Calidad de Vida.
La situación generó el levantamiento de la comunidad educativa, quien defendía que los lotes pertenecían al colegio y no al Municipio. Tras protestas y la intervención de la Provincia, el gobierno de Axel Kicillof avanzó en la escrituración de los terrenos en favor del establecimiento y hay tratativas para activar un polo educativo en el predio.
La salida de Robbiani de la gestión se produce en medio de una serie de restructuraciones que pretenden apuntalar un poco la complicada gestión de Ezequiel Galli tras los devastadores resultados de las PASO. Entre algunos de los cambios que desataron mayor polémica, se encuentran el desplazamiento de unos seis directores de área, algunos en puestos sensibles como Cultura o Bromatología.

La ex directora de Gestión Cultural, Agustina Marino, afirmó que en las remociones se priorizaron “intereses, militancia y aportes” y no el “conocimiento técnico y la gestión”. “No es grave la baja del cargo sino las formas antiéticas e inhumanas, sin respeto por la identidad, la historia y el trabajo realizado”, agregó.
También despertó repudio que hayan corrido al delegado de Sierras Bayas, Guillermo Rickal, lo que despertó la protesta de vecinos de la localidad minera, que lo habían elegido a través de una consulta popular.
A eso hay que agregar la “intervención” en la cartera de Salud, activada con el desembarco del secretario de Gobierno, Hilario Galli, al Hospital municipal para corregir las demoras en el otorgamiento de turnos a los pacientes y desactivar una de las mayores quejas de los vecinos de Olavarría.
Cerca de las elecciones generales de octubre, Ezequiel Galli debe poner toda la carne al asador para tratar de remontar una gestión cargada de escándalos, e intentar recuperar al electorado desencantando si quiere conservarse en el poder.