La impunidad con la que mueven los delincuentes en el Conurbano bonaerense, desde hace mucho tiempo, dejó de ser llamativa y se convirtió en una constante. No se cuidan de exhibir armas de fuego y amenazar a ocasionales víctimas a plena luz del día y por magros botines. El delito se adueñó de los barrios ante la retirada de las fuerzas policiales y la inexplicada desaparición del ministro de Seguridad Sergio Berni.
Un ejemplo de esto ocurrió el lunes, alrededor de las 14, en Ingeniero Budge. Dos amigos que dialogaban en la puerta de un comercio ubicado en la esquina de Quesada y Saladillo, fueron abordados por dos sujetos a punta de pistola.
Los ladrones descendieron de un Ford Focus color negro, que tenía una de las puertas chocadas, y mediante amenazas les sustrajeron los teléfonos celulares, dinero en efectivo y la bicicleta que tenía uno de ellos.
A continuación un ratero escapó pedaleando, eludiendo vehículos y transeúntes, en dirección al Camino Presidente Perón y seguido de cerca por el Focus en el que viajaban los dos cómplices. Como es habitual en estos casos, el paradero de los ladrones es desconocido y el destino del botín, incierto.