Respaldos políticos por conveniencia mutua

El paisaje se comienza a despejar después de la decisión personal del presidente Alberto Fernández de anunciar públicamente que declinaba cualquier deseo de ir por la reelección. “Ya era un pato rengo solitario, pero con su gesto automáticamente confirmó que hasta el recambio presidencial de diciembre, se puede transformar en un presidente de transición protegido por el peronismo”, creen en las diagonales.

Con ese argumento, el oficialismo parece ahora quedar atado a una futura movida electoral de Cristina Fernández de Kirchner que revolucione el tablero.

Como en toda etapa electoral, el kirchnerismo tiene el hábito de estirar al máximo la definición de sus principales candidaturas en Nación y Provincia.  “Cristina es, por lejos, quien mayor caudal de votos tracciona y va a jugar electoralmente en Provincia, si Massa logra enderezar el barco después del torbellino económico se lleva la candidatura presidencial y atrás viene Kicillof como mejor opción”, apuestan espectadores del microclima político buscando pasar el tiempo.

De manera análoga, todas las estructuras políticas definen estrategias de trabajo para empezar a decidir los manejos de las lapiceras por las candidaturas internas.

El ruido, al parecer, es sólo a los efectos de apalancar una mejor negociación (reparto de cargos del polirrubros político) en el armado electoral final tanto dentro del aparato del Frente de Todos como desde el espacio opositor de Juntos por el Cambio.

En la Provincia y como demostración de fortaleza, Axel Kicillof recibió en los últimos días el respaldo de muchos jerarcas sindicales para sus planes reeleccionistas, más allá de que algún sector del albertismo sigue plantando la posibilidad de ir a la PASO con un postulante propio para la gobernación contra el armado kirchnerista o de que todavía no se descarta del todo la posibilidad de que el gobernador vaya por una candidatura presidencial empujado por el “dedo mágico” de CFK.

El apoyo gremial a la reelección de Kicillof asoma contundente, como también unánime la coincidencia en “trabajar para ganar la Provincia”, como territorio clave en términos electorales frente “a la derecha que está a la vuelta de la esquina y viene con una reforma laboral que todos ya sabemos”.

En momentos turbulentos, cuando los precios de los alimentos suben más que el repunte inflacionario, los gremios docentes y estatales lograron reabrir la negociación para volver a discutir incrementos salariales con la Provincia. “No hay que subestimar el comportamiento del movimiento obrero peronista en las urnas antes de tiempo”, dicen en vísperas del Día del Trabajador.

En esta coyuntura la situación merece más de una autocrítica y algún pedido de “gestión política” hacia adentro del FdT. No es la primera vez que el hermetismo gubernamental engorda el aturdimiento que tienen intendentes y legisladores, tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires.

Kicillof apuntó -al igual que lo hizo el presidente Fernández- a economistas y especuladores financieros vinculados con la oposición por planificar alguna técnica de "sabotaje" contra la Argentina ante organismos de crédito internacionales tras varios días de suba del dólar informal.

Casi a la misma hora, referentes y burócratas municipales de JxC salían a politizar la inestabilidad económica nacional.  “Buscan embarrar la cancha”, se sostuvo en el oficialismo “bancando” la gestión del ministro tigrense Sergio Massa.

Según advierte la jefa del bloque de senadores bonaerenses del Frente de Todos, Teresa García, hay una profunda crisis de representación política en medio del mal momento económico.

“Venimos de una época de muchas promesas incumplidas, por eso nuestro método es diferente: nos dedicamos a trabajar y poner en valor las obras que ya estamos llevando adelante. Para nosotros la salud, la vivienda y el asfalto no son un privilegio, son una necesidad y, por lo tanto, un derecho”, apunta Kicillof.

En el arco opositor de la PBA, claramente, la postulación a  gobernador de Diego Santilli hoy logra alcanzar un perfil significativo y aparece mejor posicionado en la carrera por definiciones específicas del principal armado opositor.

Aunque la proximidad de los “halcones” del PRO con sectores libertarios -como los que encabeza el economista Javier Milei, en medio de tensiones domésticas entre “amarillos”- abre interrogantes sobre la unidad de Juntos por el Cambio.

Claramente, aliados del radicalismo muestran los dientes sobre tierras bonaerenses. Según el diputado de la Sexta, Emiliano Balbín, “el neofascismo que propone Milei, para los radicales es un límite ético, moral, democrático e institucional”.

Todo lo contrario pasa con la incorporación del también economista y diputado nacional José Luis Espert. En líneas generales, el ala moderada de Juntos (radicales y “lilitos” de la Coalición Cívica) avalaron la llegada del libertario. No así los “halcones” del PRO.

Por Ricardo Salas

Fuente: lanueva.com