¿El fin de la grieta?: Cristina imagina un escenario de tercios y eligió a Milei como adversario

“No se hagan los rulos”, fue una de las primeras frases de la conferencia magistral que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner enunció el último jueves en el Teatro Argentino de La Plata.

La expresión estuvo destinada a atenuar el cántico “¡Cristina presidenta!” que entonaba el público presente en la Sala Ginastera.

“Ya viví. Ya di todo lo que tenían que dar”. Con esa oración puso fin a su encendido discurso.

Como la función de los paréntesis en un cálculo matemático, “La jefa” se encargó, en el principio y el final de su alocución, de ratificar que su apellido no estará en la boleta electoral de este año. Un trago amargo y desazón para la mayoría de los presentes en el auditorio y la militancia que se concentró desde muy temprano el jueves en la capital bonaerense.

Aún falta más de 50 días para el cierre de listas y, si bien nada está dicho, el operativo clamor comienza a diluirse.

Como en cada aparición pública de la expresidenta, nada estuvo librado al azar ni a la improvisación. Con la claridad conceptual y argumentativa que la caracteriza, Cristina dedicó buena parte del discurso a hablar de la dolarización, el plan que Javier Milei defiende a capa y espada cada vez que va a un estudio de televisión.

“La dolarización es peor que la convertibilidad”, aseveró Cristina. Sin mencionarlo, comparó al diputado libertario con Domingo Cavallo. Y hasta alertó que la dolarización provocaría “mayor inflación”.

También se refirió a los libertarios antes de concluir el acto, para refutar el argumento de “la casta” y “el miedo” que desde el espacio liberal le atribuyen a la dirigencia política.

“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. En la órbita libertaria celebraron con creces el entusiasta discurso de Cristina. Aunque en redes sociales despotricaron contra los argumentos de la vicepresidenta, por lo bajo apretaron el puño cuando dimensionaron que la jefa política del Frente de Todos estaba subiendo al ring a Milei.

Desde Juntos por el Cambio también siguieron con atención la presentación de Cristina, casi como si se tratara de una cadena nacional. “Definió a Milei como adversario”, reconoció a CRONOS un armador de la coalición opositora.

Es que prácticamente no hubo menciones explícitas a los principales referentes del PRO. Apenas insinuó referencias a Larreta y Bullrich para recordar que “uno fue interventor del PAMI durante el gobierno de la Alianza” y la otra dirigente se desempeñó como “la ministra de Trabajo que recordó el 13 % a los jubilados”.

Las palabras de Cristina seguirán dejando tela para cortar en los próximos días. ¿Eligió a Milei como contrincante político porque el libertario tiene chances concretas de entrar al ballotage? ¿Imagina un escenario de tercios luego de una década de grieta y polarización extrema? ¿La estrategia de la vicepresidenta es que el factor Milei logre corroer por derecha el caudal de votos de Juntos por el Cambio?

Interrogantes que comenzarán a develarse en la campaña, una vez que se conozcan los nombres sobre la mesa. Por lo pronto, Cristina ya eligió rival.

Por Nicolás S. Alonso