Los temores y el aprendizaje de Kicillof de cara al escenario electoral

Son tiempos tormentosos en el Frente de Todos. ¡Que novedad! En La Plata, en la Gobernación bonaerense, hay una calma aparente, pensamientos y pronósticos positivos. Pero en el fondo, se esconden esos fantasmas, esos que traen un temor, que muchos afirman, es difícil de sortear y que tiene todos los números para hacerse realidad. El presente político.

Axel Kicillof sueña y se aferra al Sillón de Dardo Rocha. En apariencia es el escenario más seguro para cualquier aspirante del Frente de Todos que sea protagonista de las dos grandes batallas electorales de este 2023. La reelección en la Provincia de Buenos Aires también es el plan que en varios sectores del oficialismo ven como el repliegue ante una eventual derrota a nivel nacional. “Hay que conservar la Provincia”, “la nueva resistencia con aguante”, “no podemos perder en la Provincia”, son algunas de las frases e ideas generales y en distinto tono que se escuchan por los principales pasillos de la arena política bonaerense. Temores reales.

Sin decirlo con todas las letras, desde que comenzó este año Kicillof está en campaña para buscar su reelección. No lo dice él, ni su equipo más cercano, pero si sus principales alfiles hablan y piden por su reelección. El “Plan reelección” se diseñó antes del Mundial de Qatar, para comenzar a ejecutarlo tras la campaña de la Selección Nacional. Con Argentina Campeón, el inicio se dio después de las Fiestas, cuando un día el Gobernador  reunió a sus ministros de más confianza y les pidió salir a armar en los distritos (Dato, de ahí surgió la precandidatura de Julio Alak en La Plata). Por esos días, en el entorno de Kicillof ya se analizaba la opción de una posible derrota en Nación y se sentía el frío temor de que el escenario nacional arrastre consigo al bonaerense.  ¿El arrastre inevitable?

Ese temor asustaría a cualquiera. Ese arrastre negativo del plano nacional amenaza con hacer sucumbir a todo el Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires. En muchos despachos, incluso, ya afirman: “¡Perdemos todo!”. Es que los antecedentes electorales muestran que (añejo y cruel karma) a la Provincia le es muy difícil esquivar el destino de Nación en las urnas. Para colmo, si es que Cristina no se presenta para ninguna candidatura y su nombre no está en la boleta, Kicillof deberá hacer una más que excelente elección y soñar con un alto corte de boleta en su favor, algo que las estadísticas muestran que es poco probable. Con una economía en llamas, con una posible PASO sangrienta en Nación o un candidato que no sume y vaya a perdedor, los sueños de reelección de Axel se tornan casi imposibles. No tener a Cristina en la boleta, como motor para traccionar votos hacia la Provincia y poder despegarse del complejo escenario nacional, es una gran problema. Los malos augurios para Axel.

Se sabe que en la Provincia no hay balotaje, se gana la elección con un voto de diferencia. Pero al complejo escenario nacional, las encuestas que muestran de los candidatos de Juntos se acercan en el territorio bonaerense se suma otra contrariedad. En los últimos días volvieron a tomar fuerza las versiones de una posible candidatura presidencial de Kicillof, como la mejor opción para representar al más puro cristinismo y “cuidar” los votos del kirchnerismo, en un plan para conservar la identidad electoral de ese espacio.  Dato no menor, en Calle 6 saben que la última palabra la tiene Cristina y una nueva candidatura a Gobernador de Kicillof no se hará realidad, como afirman, hasta que “no se firme la lista”. Otro dato: una buena boleta presidencial es clave para poder aspirar a conservar la Provincia, aún en un escenario de derrota. Todo esto, claro está, sin Cristina en la boleta. Escenarios no deseados.

En la Gobernación en La Plata prefieren hacer oídos sordos sobre estas versiones que salen desde sectores del Frente de Todos. En el entorno del mandatario bonaerense sostienen que trabajan por la reelección como objetivo principal. En otros despachos, apuntan que Eduardo “Wado” De Pedro es el candidato a presidente de La Cámpora y que esa agrupación ve “con buenos ojos” un nuevo mandato de Kicillof en el territorio bonaerense. Sin embargo, al calor de las internas del oficialismo, las variables cambian semana a semana y también dependen de en qué momento está la relación entre Máximo Kirchner y el Gobernador. En otros sectores del Frente de Todos, aspiran y operan por una candidatura presidencial de Kicillof y apuestan por la candidatura a gobernador de Martín Insaurralde. No es nada menor que el actual Jefe de Gabinete de Provincia, el 5 de marzo pasado, desde su cuenta de Twitter dejó un mensaje  con dos condicionante sobre el escenario bonaerense: “Si Cristina es candidata a presidenta y considera que Axel sea el candidato en la Provincia, voy a ser el primero en acompañarlo, como lo hice en 2019 y en 2021 sumándome al equipo como jefe de Gabinete”. Las pujas internas.

Pero no todo es un sendero rocoso para Kicillof. En sus más de tres años de gestión como Gobernador, es notorio un aprendizaje que tuvo a la hora de hacer política en la Provincia de Buenos Aires. Desde que llegó al Sillón de Dardo Rocha en 2019, sus antecedentes lo ubicaban con una militancia y trayecto político porteño. No obstante, quizá al calor de la derrota en las PASO 2021, el Gobernador abrió un poco su pensamiento junto a su equipo más cercano. De casi detestar la “rosca” y el armado político, comenzó a transitar por ese camino este último año de mandato. La intervención de su Gabinete que hicieron Cristina y Máximo en 2021 fue un baño de realidad y muy duro de digerir para Kicilllof. Sin embargo, aprendió a tejer movimientos políticos y hasta generó la creación de la Jefatura de Asesores a cargo de su mano derecha Carlos Bianco (alguno dirá una Jefatura de Gabinete “paralela”), como así otros ministerios para su tropa. Activó las recorridas de sus alfiles en distritos del Interior bonaerense para tejer acercamiento con intendentes para lograr el apoyo a su proyecto de reelección. Más política a la bonaerense, aunque muchos críticos dirán que es “un poco tarde”.

Por Juan Alfaro (ALFA)

Director de Cronos Noticias