“Nunca vi nada igual”: el testimonio cargado en llanto del patovica de Le Brique

En el marco del juicio contra los rugbiers acusados del asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, este miércoles declaró Fernando Muñoz, el jefe de seguridad del boliche Le Brique, donde se originó el ataque. Durante la mañana también declaró Pablo Ventura, el joven remero que había sido acusado en primer lugar por el grupo de los rugbiers. 

“Nunca ví nada igual, era saña. Hace 20 años que trabajo de esto y nunca vi nada igual, todo patadas”, comentó mientras quebraba en llanto. También confesó que, luego del asesinato, estuvo “cuatro días sin dormir”.  

El jefe de seguridad mide 2,03 metros de alto y comentó que, aún con su estatura y fuerza física, le costó mucho sacar a Máximo Thomsen del boliche luego del incidente que protagonizó junto a su grupo y el de Fernando Báez Sosa.  

Declaró que tuvo que sacarlo junto con otro compañero por una puerta lateral y que dio aviso a la Policía en la puerta por el estado violento en que estaba el primero de ellos: "Me señalan a Thomsen y trato de sujetarlo solo, pero me hizo tanta fuerza que tuve que llamar a un compañero". 

Durante el ataque "se iban turnando", comentó. "Algunos cubrían y otros le pegaban a Fernando. En un momento Fernando se quería levantar y vi a un chico que le pegó una patada en la cabeza, a partir de ahí no se levantó más".  

Muñoz comentó que le siguieron pegando hasta que vieron que apareció infantería y salieron corriendo. "Era un grupo de 8 o 9 personas, los amigos querían separar, pero la saña era con Fernando", agregó.

Durante el testimonio cargado en llanto del jefe de seguridad, los padres de Fernando Báez Sosa tambien rompieron en lagrimas. La madre, Graciela, tuvo que ser contenida por Silvino, el padre. En este tercer día de juicio se conoció la palabra de Muñoz, Ventura, y tres amigos de Fernando.